Casi 800.000 rumanos y búlgaros residentes en España pueden trabajar desde hoy en el país sin trabas administrativas y en igualdad de condiciones que el resto de ciudadanos europeos tras terminar la moratoria laboral que pesaba sobre ellos desde el 1 de enero del 2007. El Gobierno no decidió renovar la moratoria porque espera que "sean muchos rumanos y búlgaros que están actualmente en España los que tengan un interés de vuelta" en línea con las pretensiones de sus respectivos gobiernos, aseguró la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega. "Es probable que a medio plazo los flujos migratorios se den un poco al revés", añadió.