Los trabajadores de La Naval no se lo acaban de creer. La posibilidad de que el astillero de Sestao construya un nuevo buque metanero les entusiasma. Aun así, desconfían de las promesas, y el ministro de Industria, José Montilla, sólo anunció el pasado viernes un "principio de acuerdo" entre Izar y Gas Natural. Por eso, los trabajadores dudan entre si el metanero anunciado será un buque fantasma o el barco del empleo.

Los 1.200 empleados de Izar, en Sestao, llevan casi un año mano sobre mano. Tras entregar el último barco antes de la Navidad del 2003, no han tenido carga de trabajo. Las pequeñas reparaciones y el mantenimiento han entretenido las jornadas desde entonces. "Con tal de que venga algo yo estoy encantado. Llevamos mucho tiempo mirándonos y ya ni nos aguantamos. Volver al trabajo real será una maravilla para relajarnos un poco", dice Eusebio. Lleva 34 años en La Naval y todavía se siente optimista, a pesar de la situación: "Lo bueno es empezar. Luego ya veremos".

Recelos

Sin embargo, ni Eleuterio ni Ramón, son tan entusiastas. "No me creo que tengan acordado el barco. El Gobierno del PSOE necesitaba una salida después de lo que dijo Zapatero en Bilbao cuando prometió salvar a los astilleros. Ojalá lo traigan, pero un barco tampoco es nada si no hay garantías de futuro", sostiene Eleuterio. Su antigüedad en el astillero es de 32 años, siete más que la de Ramón y éste también cree que el anuncio del ministro Montilla es "una tapadera, una cortina de humo para salir del paso justo la víspera de nuestra gran manifestación". Ramón hace referencia a la manifestación que los trabajadores celebraron el pasado sábado, en la que tuvieron el apoyo de miles de personas, que recorrieron las calles de Bilbao.

La marcha también contó con la participación de representantes del Gobierno vasco y de todos los partidos políticos salvo el PSE. Dirigentes de este partido anunciaron su rechazo a compartir pancarta con Batasuna y con el PP, fuerzas ambas que estuvieron presentes en la marcha pero no en la pancarta, que rezaba Naval pública. No a la desindustrialización .

"Necesitaban ofrecer algo y ha llegado el barco. Pero en las negociaciones con Izar, el astillero de Sestao es el pagano y los socialistas vascos saben que su gente de la margen izquierda no lo entiende. Por eso tienen que ofrecer cosas", se duele otro veterano, José, con 34 años de antigüedad en La Naval. A su lado, Juan se pregunta: "¿Será esto pan para hoy y hambre para mañana?". Lo suyo son ya 30 años de experiencia y dice haber oído tantas cosas que no las tiene todas consigo. "Espero que sea verdad lo del barco, porque quiero una solución".

Plan de futuro

Miguel Angel Asporosoa, presidente del comité de empresa de La Naval no cuestiona el anuncio del Gobierno, pero entiende a sus compañeros: "Yo creo que es importante que se confirme la construcción del barco. Es una buena noticia, pero también es insuficiente. Tiene que haber más carga de trabajo y un plan industrial que posibilite saber que La Naval tiene un futuro amplio y cierto".

El fue quien el sábado recordó que en sus 116 años de historia, el astillero de Sestao ha sufrido muchas crisis, pero ninguna tan importante como la actual. Unas 6.000 familias, las 1.200 de los trabajadores de Izar y casi otras 5.000 de los que se emplean en la industria auxiliar, están pendientes de que se encuentre la vía para mantener La Naval a pleno rendimiento.

Astillero público

"Queremos una negociación clara. De momento, la SEPI da largas y nos entretiene", apunta Ramón. Desde el comité se insiste en que La Naval tiene que seguir siendo pública y piden además la implicación del Gobierno vasco.

Desde el Ejecutivo del lendakari, Juan José Ibarretxe, se advierte de que sólo se apuntarán a impulsar un plan de viabilidad si se garantiza que La Naval seguirá en el sector público. El sábado, tres miembros del Gobierno acompañaron a los manifestantes mientras la megafonía de fondo reproducía promesas socialistas mezcladas con la música de Mojinos Escocíos gritando: "Al carajo, que se vayan al carajo".