Los tres grandes de la industria automovilística estadounidense se han salido con la suya, en parte, y han conseguido que la Administración les inyecte con urgencia hasta 12.517 millones de euros (17.400 millones de dólares) para evitar la quiebra. Lo anunció personalmente el presidente de EEUU, George Bush. Fuentes de la Casa Blanca concretaron después las cifras. La ayuda saldrá del plan de rescate del sector bancario y se ha consultado con Barack Obama.

En una primera fase, Chrysler y General Motors (GM) recibirán 9.639 millones. Ford no se suma de momento al plan porque no tiene tanta necesidad de tesorería. En febrero, el sector podrá recibir otros 2.877 millones, aunque la cifra depende de la aprobación en el Congreso de la ampliación del fondo de rescate bancario por 251.798 millones. El secretario del Tesoro, Henry Paulson, anunció ayer que ya ha reclamado el desbloqueo de la segunda parte del plan.

Durante su discurso televisado antes de la apertura de los mercados, Bush justificó la decisión como una solución para evitar que las fábricas de automóviles se declaren en quiebra, o, si lo hacen, que sea de forma ordenada. Una de las condiciones de Bush para la concesión de la ayuda financiera es que las compañías presenten un plan de viabilidad antes del 31 de marzo del 2009. En caso contrario, deberán devolver los fondos.

Según el presidente, ante la negativa del Congreso a autorizar un plan de ayuda, "la única forma de evitar un colapso desordenado es que el poder legislativo actúe". Los préstamos darán tres meses de plazo a los fabricantes para reestructurarse y ser compañías viables. Bush advirtió de que los constructores y los sindicatos deberán adoptar "decisiones difíciles necesarias". Chrysler y GM anunciaron que aceptaban todos los requisitos.

Entre las condiciones se incluye el derecho del Estado a adquirir acciones preferenciales, límites a los premios a los directivos; eliminación de ciertos privilegios, como el uso de jets privados; el Gobierno podrá bloquear transacciones superiores a los 100 millones de dólares; prohibición de conceder dividendos mientras no se haya devuelto la ayuda al Estado.

ESPAÑA FINANCIA PROYECTOS En España, el grueso de las ayudas del Gobierno al plan de competitividad del sector del automóvil se dedicará a las empresas que presenten nuevos proyectos y programas de actuación empresarial completos. El plan está dotado con 800 millones y 690 de estos se dedicarán a financiar las inversiones que comporten la producción de nuevos productos o la mejora de los procesos de producción actuales. Estas ayudas consisten en créditos con un interés del 0%, para los que no hará falta que se constituyan garantías. El plan durará un año.

Otros 110 millones se destinarán a ayudas directas para subvencionar programas de formación y de ingeniería en el sector de la automoción. La formación deberá estar dirigida específicamente a mejorar la capacitación del personal técnico.