El Gobierno de Estados Unidos, país anfitrión de la cumbre mundial sobre la crisis, decidió ayer que los países que participen en la reunión sean los que componen el llamado G20, una amalgama de grandes potencias y países emergentes de la que no forma parte España. Después de que el martes José Luis Rodríguez Zapatero decidiera dar la batalla para estar presente en ese encuentro, fuentes de la Moncloa prefirieron ayer apostar por la prudencia, reincidir en el mensaje del presidente ("España debe estar porque es la octava potencia del mundo") y conseguirlo a través de "las gestiones diplomáticas".

Un portavoz de la Casa Blanca, Tony Fratto, explicó a la agencia Efe que no ha habido "decisión de excluir" a España, sino que simplemente se ha pensado que el mejor formato era el G20. Fratto, sin embargo, insistió en que EEUU y los participantes están dispuestos a escuchar todas las propuestas. "Si España quiere presentar sus ideas a través de alguno de los líderes individuales que acudirán a la cumbre, o a través de su representación en la Unión Europea, desde luego serán bienvenidas", agregó. La Moncloa no quiso comentar este ofrecimiento.

LLAMADAS A LOS LIDERES La Casa Blanca explicó que el presidente de EEUU, George Bush, ha llamado durante los últimos días a varios líderes del G-20 para hablar de la cumbre. Bush ha elegido ese modelo amplio, según su portavoz, Dana Perino, porque considera relevante que tomen parte también "países en desarrollo, porque tienen mercados en expansión, muy importantes para la economía global, cuya opinión es importante".

Zapatero deberá seguir insistiendo para que ese rígido formato sea modificado y acepten, por ejemplo, que puedan acudir otros países en calidad de observadores. La cumbre, según anunció ayer el Gobierno de EEUU, tendrá lugar el día 15 de noviembre en Washington. Además, el día 14 Bush recibirá en la Casa Blanca a los mandatarios participantes para una cena.

SARKOZY, A DOS BANDAS El anuncio de la modalidad de reunión escogida por Bush llegó poco después de que el jefe del Estado francés y presidente de turno de la Unión Europea (UE), Nicolas Sarkozy, dijera en un comunicado que "defenderá la causa de la participación de España ante los anfitriones norteamericanos de la cumbre". Pero la propia Presidencia de la República se felicitó de la convocatoria a 20 pocas horas después. Mientras, para el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, es "evidente" que hay que contar con España.