El presidente de EEUU, George W. Bush, y la oposición demócrata protagonizarán un intenso debate cuando el plan de revitalización de la economía llegue al Congreso, en un asunto de importantes consecuencias electorales para el gobernante. La disputa puede convertirse en uno de los elementos clave del año político y acabará estando presente en la campaña para las elecciones presidenciales de 2004.

El plan de Bush, que prevé presentar mañana, se basa en una reducción del impuesto a los dividendos que reciben los accionistas, así como la aceleración de la rebaja de impuestos gradual que se puso en marcha el año pasado. También podría incluirse una aceleración del ritmo de deducción fiscal de la depreciación de los equipos empresariales.