Ayer, a las 6.10 horas, el silencio se apoderó del pequeño pueblo pesquero de Buras, en Luisiana. Era el mismo momento en que, justo un año antes, el huracán Katrina hacía por allí su atronadora y brutal entrada en EEUU. Tres horas y 28 minutos después sonaron las campanas, a la misma hora en la que abría la primera brecha en los diques

La presencia en los actos era importante para George Bush, quien reconoció errores --"los gobiernos, a todos los niveles, no cumplieron sus obligaciones"--, aseguró que asume "toda la responsabilidad por la respuesta del Gobierno". Una de sus promesas fue que pedirá al Congreso que aumente los beneficios que el estado de Luisiana obtiene por explotar petróleo.