Juan Rosell Lastortras, nuevo presidente de la patronal Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), acaba de ganar su segunda elección en solo dos meses (el 18 de octubre arrasó en la patronal catalana Fomento del Trabajo). Y lo ha hecho sin precedentes. En ambas instituciones siempre se había presentado una lista única. Pero una de las características del nuevo líder empresarial es que quiere poder mandar con el mínimo de hipotecas y, por ello, no evita la confrontación democrática si está convencido de ganar.

En los dos casos ha utilizado el mismo método: la persuasión, el pacto y la negociación con el máximo número de posibles votantes, y solo cuando ha tenido claro que sería el ganador, se ha lanzado a la carrera electoral. Para ello se ha apoyado en su red de relaciones con todo tipo de empresarios, financieros y políticos tejida desde que ocupa cargos institucionales en representación y defensa de los intereses del sector empresarial. En el 2006 ya estuvo a punto de optar a la presidencia de la CEOE, entonces para relevar a José María Cuevas, pero sus cuentas previas no le salían, y optó por consolidar sus apoyos y esperar a mejor ocasión.

De hecho, su trayectoria en esta carrera es muy extensa, a pesar de tener 53 años. Desde hace casi 20 años mantiene un vínculo con la CEOE. Con solo 26 años ya ocupaba la dirección general de Juguetes Congost, vinculada a su familia y que, con los años, se ha convertido en un grupo fabricante de productos de plástico. Todavía lo preside. Precisamente, desde aquella pequeña empresa empezó a intervenir en diferentes organizaciones patronales hasta ser, desde ayer, máximo representante de la patronal española.

Defiende la máxima transparencia en las organizaciones públicas y aboga por implantar auditorías en la CEOE. Por ello, justo antes de ganar ha puesto al día las cuentas de todas sus empresas. Su máxima es que la patronal empresarial debe influir donde sea necesario para defender sus intereses. Ahora lo hará desde la cúpula.