El envejecimiento de la población puede ejercer una presión "asfixiante" sobre la política fiscal, sobre todo, alrededor del 2050. Partiendo de esta tesis, el servicio de estudios de La Caixa propone, entre cuatro posibles soluciones, que la Seguridad Social reduzca los gastos y comience a calcular las pensiones utilizando toda la vida laboral del trabajador en vez de computar los últimos 15 años cotizados, como hace ahora.

Esta medida fue descartada por el Gobierno y por los sindicatos, ya que supondría reducir más de un 15% las futuras pensiones, sobre todo, de los que más cotizan. Sin embargo, La Caixa estima que habría que introducir el cambio en el sistema público para minimizar el impacto que ejercerán los mayores de 65.

Aunque España sufrirá este efecto más tarde que otros países, la caja se hace eco de las últimas proyecciones demográficas del INE que señalan el 2050 como el punto de inflexión del presupuesto de la Seguridad Social. En ese año habrá menos de dos cotizantes por jubilado, cuando ahora hay cuatro trabajadores por cada pensionista.

SANIDAD Y DEPENDENCIA El gasto en prestaciones llegará al 15% del PIB, siete puntos más que ahora, y habrá que sumar hasta el 5% del PIB de gasto sanitario y de dependencia. También dice que se tendrá que ampliar el copago en los servicios sanitarios e incrementar el ahorro en las administraciones para elevar el superávit fiscal. Además, advierte que un excesivo impulso fiscal a la economía puede provocar un mayor nivel de inflación, una incorrecta asignación de los recursos productivos o, incluso, llegado el caso, una recesión.