El consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, ha admitido este miércoles que "todavía" le "sorprende" que la economía esté creciendo más del 3% y que el crédito caiga en un porcentaje superior. "Implica que todavía es necesario un desapalancamiento. El ritmo de crecimiento económico es mayor del que habíamos previsto pero también el ritmo de desapalancamiento", ha apuntado. En el 2015, ha añadido, también la expansión del PIB y el retroceso del crédito fueron mayores de los augurados por la institución.

Durante una conferencia en la sede madrileña de Esade, el ejecutivo ha mantenido que la razón es que la "digestión de la crisis está siendo mayor de la que esperábamos en longitud e intensidad". También ha asegurado que probablemente habría habido más actividad si no se hubiera producido la situación deincertidumbre política en que lleva inmersa España desde las elecciones del pasado diciembre. El banco espera que esa parálisis institucional no se prolongue, pero advierte que de mantenerse afectará en mayor medida que hasta ahora a la economía.

Gortázar también ha asegurado que la recuperación económica ha llegado solo "a medias" a la banca, debido al impacto de los bajos tipos de interés sobre sus ingresos y rentabilidad, algo que no solo pagan los accionistas sino también los empleados porque ha llevado a los bancos a revisar de forma "continua" sus costes para aplicar recortes, como los últimos anunciados por el Popular.

También ha apuntado que este contexto ha creado un "caldo de cultivo" para que se produzcan fusiones, pero ha afirmado que se harán "con calma y a medio y largo plazo", así como que no es previsible que se produzcan muchas uniones entre bancos de distintos países en los próximos dos o tres años.

PAUSA REGULATORIA

El banquero, asimismo, ha pedido una "pausa regulatoria" tras ocho años de cambios normativos en el sector y que se repasen y corrijan los efectos secundarios indeseados de alguna de las normas aprobadas. "A día de hoy una entidad no sabe cuánto capital va a necesitar para cualquier préstamo. Hay que cerrar ese debate", ha lamentado.

Además, ha mantenido que las prácticas bancarias que han llevado a escándalos como el de las preferentes corresponden a "épocas pasadas" y que el sector debe recuperar su reputación. En esta línea, ha pedido diferenciar entre las entidades que lo hicieron bien y mal y ha destacado que la crisis de la banca española le ha costado 3.900 millones de euros a CaixaBank entre las ayudas que devolvió tras comprar Cívica y sus aportaciones a la Sareb y al Fondo de Garantía de Depósitos (que prestó el capital para rescatar varias entidades).