El presidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, ha complicado un poco más el proceso de venta de Iberia. Después de manifestar en el consejo de administración de la compañía su intención de deshacerse de su 10%, ayer aseguró que no excluye participar como comprador en una oferta que puje por la aerolínea.

Blesa dijo que no aún no sabe si va a vender su participación y que se tiene que poner de acuerdo con el resto del núcleo duro de accionistas entre los que figuran BBVA, Logista, El Corte Inglés y la Sepi, aparte de British Airways.

A este nucleo duro le ligan "obligaciones y deberes" con respecto a Iberia y hay consenso para hacer todo de común acuerdo aunque cada uno decida cosas diferentes, dijo el presidente de la caja de ahorros.

Fuentes del consejo de la aerolínea confirmaron que existen "diferentes sensibilidades entre los accionistas y cada uno tiene su propia estrategia". La de Caja Madrid siempre es esperar hasta ver qué sucede --como hizo en el proceso de opa de Endesa--, máxime cuando aún no hay ninguna oferta en firme, recordó ayer el propio Blesa.

De lo que sí dijo estar seguro el presidente de la caja madrileña es que no venderá al precio que pretende pagar el fondo de capital riesgo Texas Pacific Group (TPG) --en torno a los 3,6 euros por acción-- cuando el mercado está ofreciendo 3,79 euros por cada título de Iberia.