Los dos últimos ejercicios han sido malos, pero lo peor está por llegar. "El 2010 es el año más complejo para el sector financiero de los que llevamos de crisis", advirtieron ayer fuentes de Caja Madrid. Ante esta situación, la entidad intenta "dejar un balance lo más robusto posible". Y en los dos últimos trimestres, está logrando ciertos avances.

A contracorriente del resto del sector, la cuarta caja del país logró entre julio y septiembre reducir su morosidad al 5,38%, 0,17 puntos menos que en junio. En el segundo trimestre, también tuvo una mejora ligera (0,02 décimas menos). La mejora, no obstante, se ha logrado a costa de mermar los resultados. La caja ganó 622 millones de euros hasta septiembre, el 44,8% menos que hace un año. La entidad presidida por Miguel Blesa sigue viendo con buenos ojos participar en alguna fusión: "Nos queda el norte, sur, este y oeste".

Y mientras, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, afirmó ayer que "no descarta" presentar a su vicepresidente, Ignacio González, como candidato a presidir Caja Madrid, en sustitución de Blesa.