El secretario general de la patronal de las cajas (CECA), José María Méndez, aseguró hoy que el sector podrá adaptarse al nuevo entorno y "perfeccionar" su modelo, por ejemplo con la entrada de accionistas que reducirán la influencia política. Un propietario del capital "drenará" dicha influencia, lo que favorecerá la profesionalización, explicó Méndez -propuesto para relevar a José Antonio Olavarrieta a finales de febrero como director general de la CECA-, en una jornada sobre banca organizada por el Instituto de Empresa y la consultora PricewaterhouseCoopers. La adaptación se hará en un momento "muy determinante" para la historia de las cajas, en el que Méndez confía en que el sector no olvidará su foco de negocio minorista y seguirá haciendo su papel en la lucha contra la exclusión financiera. En España, a diferencia de otros países europeos, las cajas han conseguido acercar a casi todos los rincones del país los servicios financieros, al tiempo que han contribuido al desarrollo de la población con su obra benéfico-social, según la fuente. En cuanto al plan del Ejecutivo para reforzar el sistema financiero, que elevará las exigencias de capital básico de los bancos a un mínimo del 8 % de sus activos ponderados por riesgo y para las cajas, del 9 al 10 %, Méndez dijo que aún queda la negociación y el diálogo con el Ministerio de Economía de una norma específica que luego aprobará el Parlamento. En cualquier caso, destacó que el plan no cuestiona las bases del modelo de las cajas y resaltó que en el peor de los casos, es decir, si el Estado tuviera que aportar los 20.000 millones que cree serían necesarios para recapitalizar al sector, las ayudas totales de España a su sector financiero no llegarían al 3 % del PIB. En cuanto a 2011, Méndez aventuró que será un año de "muchísima presión" sobre los resultados de las entidades, con una reducción de márgenes asociada al mayor coste de la financiación mayorista o la guerra del pasivo. Respecto a la evolución de la reestructuración de las cajas de ahorros, insistió en la tesis de la CECA de que en menos de doce meses el número de entidades se ha reducido en un 62 %, al pasar de 45 a 17 grupos; se han cerrado cerca de 1.400 oficinas y la plantilla ha disminuido un 3 %, 4.700 personas en cifras absolutas.