Ganar pasivo --fondos de los clientes, propios o ajenos-- ya no es solo una cuestión comercial para bancos y cajas. Se ha convertido en asunto de supervivencia en un árido entorno financiero. Y prácticamente un año de competencia por esos recursos se ha resuelto en favor de los bancos, de los grandes bancos. Las cajas ha terminado pagando el proceso de integración en el que se encuentran inmersas. En cierto sentido han desviado el foco hacía el interior y lo han apartado del mercado. Al menos, esa imagen puede traducirse de los últimos datos que manejan la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) y la Asociación Española de la Banca (AEB).

De octubre son las últimas cifras conjuntas. Todos los grandes bancos, con el Santander a la cabeza, habían ganado cuota de mercado, mientras que la mayoría de las cajas la habían perdido. El sector bancario considera que la situación no favorece a las entidades de ahorro. "Se están produciendo fugas de clientes que no acaban de ver clara la situación de esas cajas. Y eso, además, está alimentado por el descontento de los empleados", afirma un directivo del área comercial de un gran banco.

A REMOLQUE DEL SANTANDER Es verdad que la mayoría de las entidades financieras han ido a remolque del Santander y Banesto. Sobre todo el primero abrió las hostilidades con una oferta de depósitos por encima del 4%. Esa oferta le ha permitido aumentar sus depósitos de clientes un 15% hasta octubre. Pero el fenómeno es extensivo a otros bancos: "Nosotros hemos puesto en el mercado ofertas agresivas para captar clientes aprovechando la situación en las cajas de ahorros", reconoce un directivo del Sabadell, banco que también ha mejorado su cuota de mercado durante este ejercicio.

En el sector del ahorro, sin embargo, se ha producido cierto malestar por la actitud de los bancos. "Están utilizando un estrategia de desprestigio hacia las cajas", comentan en una entidad catalana recientemente fusionada. No se trata, dicen, de la política comercial de esos bancos, pero algunos directores de oficinas han apelado al descrédito de la competencia para ganar clientes. Alguna caja ha pedido formalmente a algún banco que transmita a sus empleados que no practiquen el juego sucio en esta campaña comercial.

NO COMPENSA De todas formas, casi todo vale para mejorar la posición de liquidez de las entidades. El BBVA se quedó al principio al margen de la guerra del pasivo. Para la entidad que preside Francisco González, el coste que supone participar en ella no compensa el resultado. Esa razón justifica que este banco sea el que menos ha crecido en volumen de depósitos en lo que va de año. Pero finalmente se que ha registrado un ligera variación positiva. Para ello puso en marcha una campaña de un depósito al 4% solo para dinero que procediera directamente del Santander. Los especialistas comerciales del sector financiero consideran que, con mayor o menor intermitencia, la guerra del pasivo ha llegado para quedarse mientras las turbulencias financieras afecten a la deuda soberana de los países. "El problema es el riesgo país", comenta Manu Tresánchez, responsable de particulares del Sabadell.

"Si a partir de mañana, la diferencia con el bono alemán se reduce a 100 puntos básicos, se acabó la guerra", sugiere Tresánchez. Y añade que se trata de un problema de credibilidad de la economía española.