La industria electrónica vive inmersa en un reto que es, de hecho, la razón de su existencia: cómo integrar el máximo de prestaciones en el mínimo espacio. Uno de los sectores que más lo viven es el de la fotografía digital, un sector que ha crecido un 12% en la primera mitad de este año, sobre todo en las cámaras más caras, según datos presentados en la feria europea de la electrónica, la IFA, que se celebra hasta el próximo 5 de septiembre en Berlín.

La foto y el vídeo están cada vez más presentes en más aparatos, lo que les exige la miniaturización extrema de sus componentes y un rendimiento cada vez más alto que incluya, por ejemplo, un envío más rápido de datos a internet. Las cámaras de vídeo son cada vez más pequeñas y ligeras hasta bailar en la mano, de más capacidad de memoria y más omnipresentes.