La vida de los británicos no volverá a ser la que era. El plan de austeridad que prepara el gobierno británico afectará "a cada ciudadano" del Reino Unido, según advirtió ayer el primer ministro, David Cameron. En una nueva comparecencia, preparando el terreno para los sacrificios que se avecinan, Cameron confirmó que el plan de recortes será masivo y tendrá "enormes implicaciones" para los ciudadanos, en salarios, pensiones y beneficios sociales.

Los detalles de los servicios públicos que se verán más afectados, deberán empezar a conocerse el próximo 22 de junio, cuando el ministro de Finanzas, George Osborne, presente el nuevo presupuesto. "Las decisiones que vamos a tomar afectarán a cada persona en este país y el efecto de esas decisiones se dejará sentir durante años, quizá décadas", afirmó el premier conservador en una comparecencia en la Open University. Cameron prometió que los recortes no se harán "golpeando a aquellos que necesitan más ayuda".

El dirigente sostiene que, tras revisar los libros de contabilidad, la situación del país es peor de lo que previamente pensaba. La culpa, afirma, es del anterior gobierno laborista por disparar el gasto. Ahora el país debe rebajar el déficit, que roza el 12% del producto interior bruto (PIB).