Tras dedicar más de una década a la lucha contra la corrupción, el fiscal Wolfgang Schaupensteiner ha llegado a una amarga conclusión: "La corrupción se ha institucionalizado en Alemania. Se ha vuelto un problema estructural en este país".

"La avaricia de los ejecutivos ha desatado una crisis de confianza en la sociedad que se traduce en una enorme actividad de la justicia", afirma el periodista Hans Leyendecker, en su libro La trampa de la corrupción.

Y es que los escándalos se multiplican. Es el caso del fabricante alemán de automóviles Volkswagen, investigado por la Fiscalía de Fráncfort a raíz del pago de sobornos del proveedor francés Faurecia para obtener contratos.

VIEJOS CASOS AUN ABIERTOS El fiscal tiene una lista con nombres de diversos consorcios, con pagos millonarios a BMW, Audi y Volkswagen en esa dirección. El escándalo llega a VW cuando aún está inmerso en una trama de empresas fantasmas y viajes de ejecutivos que terminaban en orgías con cargo a la empresa.

La francesa Faurecia está acusada de haber pagado sobornos de entre 600.000 y 800.000 euros anuales a varios empleados en los departamentos de compras de grupos automovilísticos alemanes, como muy tarde desde 1998, afirmó un portavoz de la Fiscalía de Fráncfort. La misma fuente indicó que la investigación afecta "a otras 10 firmas", mientras que el semanario alemán Focus afirmó ayer que Seat está implicada. Según la revista, la fiscalía "tiene abiertas diligencias sobre un alto cargo del departamento de compras de la filial española de Volkswagen", pero el implicado --que no ha sido informado aún-- no debe temer una acusación formal ya que "el delito que se le imputaría en Alemania no está tipificado como tal en España".

El semanario Der Spiegel afirma que el escándalo Faurecia salpica prácticamente a toda la industria automotriz de Alemania. "Sólo está claro que Peugeot y Citroën no lo están porque son socios de Faurecia", afirma.

VEINTE IMPLICADOS La investigación afecta a por lo menos 20 personas. Un directivo de Faurecia está en prisión condicional, mientras que otro ejecutivo de Audi está encarcelado como sospechoso de haber aceptado al menos 160.000 euros.

El escándalo revienta después de que el otro grande del automovilismo alemán, DaimlerChyrsler, suspendiera a seis altos cargos bajo sospecha de haber pagado sobornos en el programa de la ONU Petróleo por alimentos.

El grupo germano estadounidense también ha iniciado una investigación interna sobre presuntos casos de corrupción en Africa, Asia y Europa del este, y está siendo investigado para determinar si ha violado las leyes anticorrupción de EEUU.