Ni CCOO ni CGT han firmado el pacto. Acusan a UGT de negociar en secreto y de haber cedido demasiado. El conflicto entre posibilismo y reivindicación encierra una dura pugna por la hegemonía del sindicato mayoritario, UGT, con el resto de centrales, y parece haber roto cualquier atisbo de una unidad sindical que permitió, a finales de los años 90, mantener duras huelgas con resultados muy favorables para los trabajadores.