CCOO descarta que el diálogo social culmine con el gran pacto para la competitividad y el empleo que desea el Gobierno, al estilo del que firmó en 1997 con el PP. Su propósito es lograr acuerdos parciales sobre algunas materias "huyendo de los grandes montajes y escenarios de cartón piedra", según el secretario de comunicación y portavoz del sindicato, Fernando Lezcano.

"Es difícil saber si el Gobierno tiene claro su papel en el diálogo social o si tan solo tiene una idea somera", dijo el dirigente de CCOO, muy crítico con las "contradicciones" del Ejecutivo con algunas propuestas sociales. "(Los ministros) deberían coordinarse más porque no son buenos los mensajes que desorientan". Reconoció que los programas electorales no siempre se ajustan a la acción de gobierno pero sugirió que el del PSOE fue pensado para ejercer como oposición y no para ser Ejecutivo.

La central que dirige José María Fidalgo es partidaria de que el Gobierno se implique en el diálogo entre empresarios y trabajadores, dando coherencia política, porque, según explicó, no está dispuesta a ceñirse sólo a las decisiones de Economía o de Trabajo: "Vamos a ser tan cooperativos como exigentes, no más que con otro Gobierno". El calendario de la negociación sugerido por el ministro de Trabajo, Jesús Caldera no puede ser "un dogal" para el diálogo.

CONVENIOS Ni la moderación salarial, ni la reforma de la negociación colectiva serán temas a tratar en la mesa pese a que el Gobierno los ha sugerido. Si se discuten modificaciones en el sistema de convenios "no será sobre la base de lo que apuntan algunos", avisó Lezcano refiriéndose a la demanda de flexibilidad laboral de los empresarios.