La Comisión Europea está dispuesta a crear una nueva revolución en el sector de las telecomunicaciones y, como ya ocurre en Estados Unidos, permitir que los usuarios de teléfonos móviles tengan que pagar también por recibir llamadas. Esta posibilidad forma parte de un nuevo paquete de recomendaciones que la comisaria de Telecomunicaciones y Sociedad de la Información, Viviane Reding, tiene previsto someter a consulta pública a finales de este mes.

El objetivo de esta iniciativa, según explicó ayer el portavoz de la comisaria, Martin Selmayr, es abaratar "los elevados precios de las tarifas de terminación". Es decir, lo que cobran las compañías telefónicas a otros operadores por usar su red cuando la llamada es para uno de sus abonados. Según sus cálculos, Chipre es la zona más barata con un coste de 0´02 euros por minuto, mientras que Bulgaria es el país más caro, con una tarifa 10 veces superior, de casi 20 céntimos (0,20 euros). En España el coste medio ronda los 0´096 euros.

Reding propondrá una "metodología" alternativa para que los reguladores nacionales calculen el coste efectivo de las tarifas. Cada operadora cobraría solo a sus clientes directos y no abonaría a otros operadores. Esto podría llevar a que las compañías cobraran también a sus clientes por recibir llamadas, como en EEUU y algunos países asiáticos.

Una vez que la comisaria presente sus recomendaciones, la consulta pública estará abierta durante dos meses. Consumidores, empresas de telefonía móvil y cualquier interesado podrán presentar alegaciones.

La Federación de Consumidores en Acción (Facua) consideró que la medida supondría una "involución" del mercado y solo aportaría un aumento de los beneficios de las compañías.