La CE quiere eximir en la medida de lo posible a las pequeñas empresas de las trabas legales comunitarias para así promover sus posibilidades de crecimiento y mejorar su potencial para crear empleo. "Las empresas más pequeñas juegan un papel central en la recuperación económica, pero al mismo tiempo son las más vulnerables, y para ellas el cumplimiento de la ley (europea) puede ser diez veces más caro que para compañías grandes", explicó el presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Barroso.

La Comisión Europea quiere reducir a un mínimo la "carga reguladora" de las pequeñas empresas, con el objetivo de que puedan desarrollar plenamente su potencial de crecimiento en beneficio de la economía europea.

A partir de enero próximo la CE intensificará el trabajo para buscar exenciones o requisitos más suaves para las pequeñas empresas en nuevas legislaciones de la UE. También quiere fortalecer el proceso de consulta con este tipo de empresas y con las pymes cuando revisa legislaciones existentes y prepara nuevas regulaciones. Por último, pretende elaborar indicadores anuales para evaluar los beneficios reales que esta política produzca a las empresas, con el fin de prestar una atención especial y continuada a sus necesidades e intereses.

Según la Comisión Europea, en torno a 200 medidas legislativas que ha impulsado últimamente ya han aportado a estas empresas "beneficios sustanciales", y con el plan de acción para reducir la carga administrativa ha presentado propuestas que reducirán los esfuerzos de este tipo de negocios en unos 39.000 millones de euros.