En el segundo trimestre del año, la economía china moderó su crecimiento hasta el 10,3 %, respecto el 11,9 % de los tres primeros meses del ejercicio. El Gobierno ha tratado de reconducir la política fiscal en los últimos meses para frenar una economía con riesgo de recalentamiento. Las cifras publicadas ayer por la Oficina Nacional de Estadísticas mantienen a China en la senda del crecimiento anual del 8% que fijó el Gobierno Pekín.

El año pasado, el Ejecutivo chino ya puso en marcha un plan de estímulo económico de cuatro billones de yuanes (586.000 millones de dólares) para salir con celeridad de la crisis global a través del gasto interno. El Gobierno dio órdenes de frenar los masivos créditos bancarios, muchos de los cuales se sospecha que se ofrecieron sin las garantías suficientes. Los precios inmobiliarios se han disparado este año, desatando los temores a una burbuja y estimulando la desazón en la clase media. El primer ministro, Wen Jiabao, ya ha aclarado que la economía avanza por "el camino correcto".