China ha pasado a ser elmayor inversor mundial en energía. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha publicado este miércoles su primer informe sobre inversiones y destaca que después de tres años de supremacía de EEUU el gigante asiático se ha convertido en el motor del sector. Según el informe, la causa de ese cambio es el "récord de inversiones en el campo de la electricidad" en China, comparado con un descenso del capital invertido en proyectos decrudo y gas en EEUU, donde en años previos se canalizó mucho dinero a proyectos de extracción mediante 'fracking', ahora menos rentables.

La inversión global en energía disminuyó un 8 % en el 2015, hasta 1,8 billones de dólares, debido al descenso en proyectos de exploración y producción de gas y petróleo. La caída de los precios internacionales del petróleo ha desincentivado la inversión en grandes proyectos de extracción. La AIE, que se encarga de analizar el panorama energético para sus 29 países miembros, subraya que la ralentización de la economía china está afectando a las inversiones globales, por el descenso de la demanda de petróleo, gas y carbón.

INVERSIÓN EN EFICIENCIA

En economías maduras como las de la Unión Europea, Japón y EEUU, el crecimiento del sector de los servicios "está rompiendo el vínculo entre demanda energética y crecimiento del producto interior bruto". Este cambio estructural se traduce en un aumento de la inversión en medidas de eficiencia energética, que alcanzó los 220.000 millones de dólares a nivel mundial en el 2015.

La inversión en petróleo y gas sigue acaparando no obstante la mayor proporción de la inversión mundial, con un 45% del total, señaló la agencia al presentar su informe en Londres. La inversión global en electricidad aumentó hasta el récord de 690.000 millones de dólares, o el 37% del total, a pesar de que se registra un descenso de la demanda por la expansión de las redes de energía renovables.

La AIE alerta de que, dado que la mayor parte de la inversión se destina a sustituir activos viejos o deteriorados, "es clave que se aumente la inversión de forma sustancial para mantener la seguridad del suministro", pese a que los indicadores apuntan a una ralentización de la demanda energética.