El presidente chino, Hu Jintao, se llevará un gran trofeo de Latinoamérica: el reconocimiento de su país como "economía de mercado" por parte de Argentina y Brasil, los motores del Mercosur. China entró en el 2001 en la Organización Mundial de Comercio (OMC), después de 17 años de negociaciones. Sin embargo, muchos países ponen fuertes obstáculos a las relaciones comerciales con China.

La razón es que si se reconoce la condición de economía de mercado al gigante asiático no se pueden aplicar sanciones unilaterales para defenderse de la invasión de sus productos. A Argentina y Brasil les será más difícil contrarrestar las prácticas comerciales desleales de los chinos en el futuro, porque deberán probarlas ante la Organización Mundial de Comercio. En estos momentos, Argentina mantiene un total de 41 medidas de defensa comercial, 14 de ellas sobre importaciones chinas.

"Tenemos la certeza de contar con los mecanismos suficientes para evitar daños a la industria", dijo el ministro brasileño de Industria y Comercio, Luiz Furlán. Argentina también descarta una apertura indiscriminada.

ALIANZA El interrogante que cuestiona el origen de tanto dinero chino tiene una rápida explicación. Hace tres años, el principal grupo industrial del gigante asiático --Beiya-- se asoció con el banco Espírito Santo, el segundo en importancia en Portugal, con un activo de 42.307 millones de euros. Mediante estas alianzas, las empresas chinas crean lazos entre países. Un acuerdo de esta empresa con Venezuela le ha abierto otra línea de financiación por 2.307 millones de euros.