Chrysler sigue intentando esquivar la bancarrota forzosa. A cuatro días de que expire el plazo dado por el Gobierno estadounidense para que la compañía presente un plan de viabilidad, la automovilística anunció el domingo que ha sellado un acuerdo con sus principales sindicatos tanto en EEUU como en Canadá.

El pacto en EEUU --que votarán mañana los 26.800 miembros de United Auto Workers en Auburn Hills (Michigan)-- incluye a Fiat y al Departamento del Tesoro, y era requisito esencial para que Chrysler pueda recibir otra inyección de fondos federales. Aunque no es garantía de que pueda evitar la reorganización bajo la ley de bancarrota, para lo que debe aún resolver el problema de los 5.250 millones de euros que adeuda a sus acreedores.

No se han detallado los términos del pacto, pero la idea es que el fondo de prestaciones sociales para retirados y sus familias, que se estableció en el 2007 y que está dotado con 8.000 millones de euros, se hará con cerca del 20% de la propiedad de la reestructurada Chrysler a cambio de aceptar que la empresa reduzca sus compromisos de inyección de liquidez en ese fondo.

En Canadá, el 87% de los 8.000 afiliados a Canadian Auto Workers aprobaron el domingo un acuerdo que, con despidos, reducciones salariales y un nuevo fondo para jubilados, permitirá ahorrar a Chrysler unos 150 millones de euros al año.