Holanda, Dinamarca, Suecia, Finlandia y Alemania han advertido de que el sistema de cuotas para la importación de una serie de productos textiles chinos puede ocasionar grandes pérdidas económicas, llevar a la bancarrota a algunas empresas europeas y entrañar recortes de empleos.

Los ministros de Comercio e Industria de los cuatro primeros países publicaron ayer un artículo en el Financial Times defendiendo esta tesis, mientras que el ministro de Economía alemán, Wolfgang Clement, ha apelado a las autoridades de la Unión Europea a que se encuentre una solución al problema de los artículos de China bloqueados en las aduanas. Esta situación es consecuencia de las restricciones a 10 categorías de textiles que fueron acordadas entre la UE y China.

Los problemas de algunas empresas importadoras y minoristas son "consecuencia de la forma en la que se han introducido las restricciones, sin tener en cuenta de manera apropiada las realidades comerciales", según exponen los ministros.