La controversia que ha originado la asignatura de Educación para la Ciudadanía, que se imparte desde el curso pasado en Extremadura --entonces solo para tercero de la ESO; a partir de este año, también en cuarto-- radica en dos elementos de la asignatura: la intención con la que se ha creado y los contenidos que se imparten. Sus detractores acusan al Gobierno socialista de tratar de adoctrinar a los alumnos y de apropiarse del derecho a la educación moral de los hijos, algo que consideran que solo corresponde a los padres.

Sobre el asunto de los contenidos los argumentos han perdido fuerza después de que las editoriales hayan preparado manuales de muy diversa índole ideológica. De hecho, organizaciones opuestas a la asignatura han reconocido que algunos de estos libros se adaptan a los principios que defienden.

Dentro de estos textos se profundiza, tal y como marcan las leyes que desarrollan la asignatura, en temas como los derechos de los consumidores, la educación vial, los derechos humanos, la Constitución Española, el sistema democrático, la integración social o la conquista de los derechos de la mujer. Pero la controversia ha nacido de cómo los manuales han tratado asuntos como las relaciones interpersonales y la sexualidad, el concepto de familia o la importancia de la religión.

Así, hay libros como los editados por Octaedro o Akal que han recibido duras críticas por, según los sectores conservadores, situarse en el extremo izquierdo del espectro político. Octaedro, por ejemplo, en su edición para tercero de la ESO, incluye la poligamia como forma de relación afectiva, incorpora fotos de preservativos para ilustrar el tema de la sexualidad y propone visionar una película sobre una adolescentes lesbiana (Fuckin Amal ) para comprender la situación de los homosexuales. Además, relaciona a la Iglesia con la represión sufrida por los gais, "tan perseguidos y estigmatizados como los judíos, los comunistas o las personas de razas no blancas".

Al libro de la editorial Akal se le acusa de flirtear con el marxismo, al incorporar comentarios como que en España se han aplicado procedimientos "bastante pintorescos para poder tener un rey y un ordenamiento constitucional al mismo tiempo" y que "la historia de la democracia está contrayendo con Cuba una deuda impagable".

También conservadores

Pero el abanico de manuales disponible en el mercado --una decena por curso-- es amplia. Es más, algunos de ellos están adaptados a la doctrina católica, como el editado por Casals, que recoge: "La religión ayuda a las personas a ser buenos ciudadanos, ya que fomenta valores positivos para la convivencia democrática como la honradez, la paz y la solidaridad". Y aprovecha las aulas para lamentar que "a veces se interpreta la no confesionalidad del Estado como una prohibición de la religión en la vida pública".

Esta misma editorial lanza otros mensajes conservadores: "La esencia consiste en la unión de un hombre con una mujer abierta a la procreación. Hoy a cualquier relación la llamamos familia. No son una auténtica familia las parejas de hecho homosexuales; son uniones de hecho respetables, pero no son matrimonio". O "la vida de una persona empieza nueve meses antes de su nacimiento: por eso el aborto y la experimentación con embriones atenta contra las personas más indefensas, negándoles la condición de seres humanos con derecho a la vida".