Menos información para evitar una desventaja comparativa. La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) dejará de publicar a partir de enero y después de casi seis años las posiciones cortas o apuestas bajistas agregadas que soportan las en torno a 140 empresas cotizadas españolas. Su objetivo es evitar que estas compañías se sigan viendo penalizadas en comparación con las 3.000 del resto de Europa, ya que el organismo era el único supervisor del continente que ofrecía este tipo de información.

Las posiciones cortas son unas operaciones especulativas en las que los inversores apuestan a que el precio de unos valores va a caer. Existen varias formas de hacerlo, pero la mas frecuente consiste en alquilar unas acciones, venderlas y esperar a que su precio caiga en el mercado, para posteriormente recomprar un volumen similar de títulos y devolverlos al arrendador.

La diferencia entre el precio de venta y compra es el beneficio o la pérdida que obtiene quien realiza la operación, que aprovecha el margen para embolsarse ganancias.

Un reglamento de ámbito comunitario del 2012 obliga a los inversores a comunicar al mercado las operaciones cortas individuales que tengan abiertas que representen más del 0,5% de las acciones de las empresas europeas.

De las que supongan entre el 0,2% y el 0,5%, en cambio, solo se informa a las autoridades para que las tengan en cuenta dentro de su actividad de supervisión del mercado.

EFECTOS PERNICIOSOS / La CNMV decidió en su momento ir más lejos e informar de la suma de todas las posiciones cortas de las empresas, las públicas y las no notificadas al mercado. Su objetivo era tratar de tranquilizar a los inversores sobre la auténtica situación de las compañías en un momento, el peor de la crisis económica, en que todos los valores españoles estaban bajo sospecha.

Fuentes de la CNMV admitieron ayer que ello ha tenido algunos «efectos negativos». Por una parte da la impresión «errónea y distorsionada» de que las empresas españolas soportan más apuestas bajistas que las de otros países que no dan el agregado, y por otra fomenta el «comportamiento de rebaño», es decir, empuja a inversores a sumarse a las apuestas bajistas sobre ciertos valores que ya sufren muchas posiciones cortas porque dan la impresión de que dicha empresa debe tener problemas.

IGUAL DE TRANSPARENTES /«No se trata de esconder nada debajo de la alfombra, se trata de ser igual de transparentes que el resto», ha argumentado el organismo supervisor español. La CNMV ha esperado para tomar su decisión a comprobar que el proceso de revisión del reglamento apronado en el 2012 que la Comisión Europea comenzó el año pasado no da la impresión de ir a incluir la obligación de dar la información agregada.

El organismo presidido por Sebastián Albella ha defendido esa posición, pero la mayoría del resto de supervisores y el propio sector no lo ha apoyado.

Esta oposición del sector se explica porque «se ha normalizado la idea de que las posiciones cortas no son perniciosas de por sí, ya que ayudan a dar liquidez a los valores y señalan problemas subyacentes en algunas empresas». Lejos quedan las prohibiciones temporales que se vivieron en los mercados de valores en los años 2011 y en el 2012.