La normalidad y la calma reinaban a primera hora de la tarde en los alrededores de las oficinas bancarias de Chipre. Los bancos chipriotas han abierto este jueves con puntualidad a mediodía (hora local, las once de la mañana en España) tras permanecer 12 días cerrados tras la imposición del corralito en la noche del pasado 15 de marzo. En muchas sucursales se han formado colas desde poco más nueve de la mañana y aunque algunos clientes no ocultaban su enfado mientras esperaban para entrar, la normalidad es la tónica dominante.

Media hora antes de que las entidades bancarias abrieran las puertas, en la plaza Elephterias, en el centro histórico de la ciudad, donde se ubican una sucursal del Banco de Chipre (el mayor del país, que será reestructurado) y otra del Banco Laiki (el segundo más grande y en proceso de liquidación), se ha producido un altercado que de hecho no tenía nada que ver directamente con la crisis bancaria.

Un provocador ha desplegado una bandera de Turquía --país que ocupa el tercio norte de la isla de Chipre-- y varias personas le han increpado con vehemencia. Ha habido empujones y gritos hasta que la policía ha intervenido y ha puesto orden. La trifulca se ha producido frente a decenas de periodistas y cámaras de televisión llegados de todo el mundo que desde hace días han convertido la popular plaza en un plató de televisión al aire libre.

“Esto es un robo. Nos están engañando. Quiero saber cómo es que el dinero ha desaparecido”, ha dicho a este periódico un jubilado de 80 años que guardaba cola en el Banco de Chipre y estaba indignado porque la cantidad límite que se puede sacar a diario es de 300 euros. “Yo quería 3.000 euros. Tengo un problema en el ojo y necesito unas gotas que son muy caras, pero les importa todo un bledo”, ha añadido.

Afluencia en los cajeros

La mayoría de los ciudadanos mantenían una actitud más estoica y se mostraban resignados. Algunos incluso han preferido evitar las colas y sacar los 300 euros diarios permitidos en el cajero automático, donde la afluencia ha sido constante desde primera hora de la mañana. “Vendré cada día a sacar 300 euros. Yo nunca he dejado dinero en casa, pero ahora me siento más insegura. Mañana sacaré otros 300 y al día siguiente lo mismo”, ha explicado a EL PERIÓDICO un chipriota de mediana edad que hacía cola para entrar en la citada oficina del Banco de Chipre.

Las restricciones en el movimiento de capitales y para sacar dinero deben durar cuatro días pero algunos temen que se prolonguen más tiempo. “Yo creo que lo prorrogarán; y será un problema porque 300 euros no dan para mucho”, se lamenta Zino Christoludinis, de 59 años. Su amigo Ara Biberian, de 61, cree que no será así y que dentro de cuatro días todo volverá a la normalidad.

Dispositivos de seguridad

Las autoridades han desplegado 700 policías o guardias de seguridad frente a las entidades bancarias, en previsión de incidentes. En la citada oficina del Banco de Chipre, antes de dejar entrar a los clientes, un empleado ha salido para explicar a viva voz a quienes guardaban cola, los límites y las condiciones.

Un empleado del Banco de Chipre les ha asegurado que harán “todo lo posible” para atenderles como se merecen y ha pedido “comprensión”. Cuando han abierto las puertas, los guardias de seguridad han dejado entrar a las ocho primeras personas y después han ido dejar entrar de una en una o de dos en dos, a medida que salían los clientes que habían entrado antes.

En el interior de una oficina

Dentro de la oficina había empleados en otras tantas cajas abiertas, además del jefe de la sucursal, Demetris Antoniou, que no daba abasto a atender todo tipo de consultas, y otro responsable de la atención personalizada. Como era de esperar, aunque algunos clientes hacían otras gestiones, la gran mayoría sacaba el máximo permitido, los 300 euros.

“Hasta ahora solo ha habido un cliente que se ha llevado solo 200 euros”, ha explicado a este diario un empleado que atiende en una de las cajas. A otro empleado le hemos preguntado si está contento de haber vuelto al trabajado tras dos semanas en casa. “De momento estoy contento de tener todavía un trabajo”, ha respondido.

Envío de dinero en camiones

Las autoridades intentan tranquilizar a la población. El miércoles por la noche, el Banco Central Europeo envió a Chipre 5.000 millones de euros en cuatro contenedores con un avión desde Francfort. La imagen del dispositivo de seguridad, con un despliegue de la policía antiterrorista y varios helicópteros sobrevolando Nicosia, mientras el cargamento llegaba a su destino en camiones, vale más que mil palabras. El mensaje a transmitir era que, de momento, la liquidez, está asegurada.