Organizaciones de toda España se solidarizaron ayer con los comerciantes de Madrid ante el nuevo plan de liberalización de horarios que la presidenta de esa comunidad, Esperanza Aguirre, pretende presentar hoy al Consejo de Gobierno. Las patronales alertan de que si se aplica podrían perderse hasta 100.000 empleos. "Humillante", "ridículo", "injusto" y "salvaje" fueron alguno de los calificativos que la Confederación Nacional del Comercio (CNC), la de comercios especializados (Codem), la federación nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos y sus organizaciones regionales dedicaron a la idea.

Aguirre ha planteado la posibilidad de eliminar todo límite, que ahora está en la apertura de 90 horas semanales, bastante más del doble que la jornada laboral de un trabajador. Con la nueva norma cualquier comercio podrá abrir las 24 horas del día.

Para Pere Llorens, de la CNC, "Madrid está gobernada por una persona que no cree en la conciliación de la vida familiar y laboral" y coincidió con Hilario Alfaro (Codem), en que esta ley retrotrae al comercio al siglo XVIII.