La Comisión Europea (CE) aprobó hoy su tercer paquete de medidas para la liberalización de los mercados de la energía, que incluye su polémica propuesta de desmembrar los grandes grupos y varias salvaguardas frente a las inversiones procedentes de fuera de la Unión. El Ejecutivo comunitario adoptó un texto en el que propone una "cláusula internacional" por la que sólo se permitirá a las empresas energéticas extranjeras hacerse con el control de las redes de transporte de energía en la Unión Europea (UE) si respetan las mismas reglas.

El objetivo de Bruselas es que las compañías extranjeras también respeten el principio de separación patrimonial entre las actividades de producción y de transmisión, tal y como se aplicará a las empresas europeas dentro del mercado interior. "No se trata de proteccionismo, sino de competencia leal entre todos los actores. Las empresas extranjeras son bienvenidas a nuestro mercado", puntualizó en rueda de prensa el presidente de la CE, José Manuel Durao Barroso.

El responsable europeo explicó también que el Ejecutivo comunitario privilegia la opción de una separación total entre la propiedad de las redes y las actividades de distribución de energía, pero ha propuesto en su paquete legal la alternativa de un regulador independiente para "acomodar" a los estados reticentes. Barroso reconoció, no obstante, que se anuncia una negociación "muy dura" a este respecto en el Consejo de ministros de la UE.

La comisaria europea de la Competencia, Neelie Kroes, participante también en la rueda de prensa, indicó que las medidas desveladas hoy ayudarán a evitar contenciosos legales como el que mantiene Bruselas con el Gobierno español a propósito de las opas sobre la eléctrica Endesa.

Por su parte, el comisario de Energía, Andris Piebalgs, expresó su confianza en que la negociación que ahora se abre pueda concluir en el segundo semestre de 2008, pese a que en ese momento presidirá la Unión Francia, uno de los países más reacios a la iniciativa de Bruselas.