Quién en su sano juicio iba a adquirir una compañía en quiebra, con deudas con bancos y proveedores, con el patrimonio embargado y con salarios pendientes? En teoría, nadie. Sin embargo, desde hace meses se han multiplicado las compañías que, en internet, se ofrecen a comprar empresas o comercios en números rojos. Algunos de esos compradores son avispados hombres de negocios capaces de revitalizar esas compañías. Pero la mayoría no son más que empresarios sin escrúpulos o estafadores que engañan a empresarios desesperados.

La crisis ha ofrecido un ecosistema ideal para esos depredadores, bautizados ya como liquidadores. Ofrecen quedarse con esas empresas y asumir sus deudas, liberándoles de una ruina económica. A cambio, las adquieren por cantidades simbólicas (un euro). Suelen adquirir pymes, pero han caído en sus manos grandes compañías, como Fincas Corral. Se sospecha que empresas de Gerardo Díaz-Ferran (presidente de la CEOE) han sido adquiridas por liquidadores, que intentaron quedarse el Real Mallorca. Los liquidadores venden la maquinaria, los estocs, los vehículos, los ordenadores y los locales, y emplean todo tipo de métodos para cobrar lo que los clientes debían al anterior propietario, e intentan renegociar la deuda con los bancos.

Un reportero de este diario se hizo pasar por empresario en quiebra y contactó con liquidadores. "Me importa tres carajos que tengas el patrimonio embargado o lo que debas. Te compro la empresa por un euro y tú te olvidas", dijo. "Yo renegocio la deuda con los acreedores; cuanto más la rebajo, más gano. A veces acordamos anular la deuda a cambio de que otra empresa mía les compre material", explicó.

Hay numerosas acciones para las que una empresa sin actividad es útil. "Después de ser desguazadas, las usan para fraudes", señalan fuentes policiales especializadas en delitos económicos. "Emiten facturas falsas para defraudar el IVA y crean contratos ficticios que venden a inmigrantes para que regularicen su situación", dicen las citadas fuentes.