Aunque la realidad es persistente a la hora de demostrar que los consumidores no están para fiestas, como queda reflejado en los datos de paro y desaceleración del producto interior bruto (PIB) de junio, la recuperación parece aguardar a la vuelta de la esquina, si la mayor confianza que muestran los consumidores se traslada finalmente a la actividad. Por el momento mejora sustancialmente su confianza en la economía y en el empleo, tanto por lo que se refiere a la percepción de la situación actual como a las previsiones para el futuro.

Se trata de una encuesta al fin. Pero según esta, que sirve para elaborar el Indicador de Confianza de los Consumidores que publica mensualmente el Instituto de Crédito Oficial (ICO), en julio aumentó el grado de confianza en 9,7 puntos hasta los 76,1. El dato adquiere valor en tanto que se trata del nivel más alto desde febrero del 2008 y la mayor subida en cinco años. Por lo demás, se repite por quinto mes consecutivo, y supone, según el ICO, la anticipación de que las caídas del consumo privado y del PIB se moderarán en los próximos trimestres, lo que sería coherente con las mejores expectativas de ahorro y compra de bienes de consumo duradero manifestadas por los encuestados.

REALIDAD Y EXPECTATIVA "Es verdad que la demanda interna está por los suelos como consecuencia de la elevada tasa de paro, pero también es cierto que hay datos reales que muestran cierta recuperación y justifican que aumenta la confianza", comentó Covadonga Fernández, analista de Selftrade.

Los datos más recientes también explican que la caída del 4% del PIB del segundo trimestre del año debe atribuirse en su mayor parte a la atonía del consumo privado, según puso de manifiesto el Banco de España la semana pasada. Además, atribuyó ese descenso al fuerte aumento del desempleo por las rigideces del mercado laboral.

INCREMENTO Como reacción, la renta bruta de los hogares se situó en 602.720 millones de euros en el 2008, lo que supone un incremento interanual del 4,5%, el menor desde el 2004, según la Agencia Tributaria. El menor ritmo de crecimiento se explica por el impacto negativo de la evolución del empleo asalariado sobre la renta del trabajo y por los fuertes descensos en las ganancias patrimoniales.

El ICO, sin embargo, observa en su última encuesta algunos signos de esperanza: señala que a pesar de los datos negativos de empleo, la moderación de su deterioro, con el menor aumento del paro en junio y las menores tasas de crecimiento del paro en la EPA del segundo trimestre, junto con las medidas del Gobierno, pueden explicar la recuperación de la confianza que refleja su indicador.