El sector de la construcción prevé la crisis política catalana tendrá un impacto en el crecimiento de la actividad en España que se verá reflejado particularmente en el 2018. La paralización de inversiones como consecuencia del 'procés' independentista no será generalizada pero tendrá un efecto global, no solo en Catalunya sino en el conjunto de España. En este sentido el Instituto de Tecnología de la Construción (ITeC) ha reformulado sus previsiones de crecimiento de la construcción para los próximos tres años en las que destaca que el crecimiento en España en el 2018 será menor del que se esperaba en las previsiones formuladas en mayo. Así el próximo año, el sector crecerá a un ritmo del 3,8% frente al 4,1% previsto antes de que se acentuara la conflictividad política.

Según Josep Ramon Fontana, jefe del departamento técnico del ITeC el descenso del crecimiento será mayor si se compara con as previsiones que tenía el sector en septiembre. "Si estas previsiones las hubiéramos realizado entonces, se hubieran visto más deterioradas, ya que el crecimiento previsto entonces rondaba el 4,7%", ha comentado durante la presentación del informe Euroconstruct, en el que se formulan las previsiones para el conjunto del sector en Europa. El impacto no se puede considerar mínimo --aunque puede variar en función del clima político--, ya que el peso de la construcción catalana en el conjunto del sector no es tan alto (12%) como la participación de Catalunya en el conjunto del PIB español (20%). "Esto quiere decir que también se verán paralizadas inversiones con destino a otras zonas de España que no son Catalunya" ha apuntado el director general del organismo, Francisco Diéguez.

El desarrollo de proyectos ligados a la construcción siempre llevan un tiempo entre que se planifican y comienzan las obras. Esta es la razón por la que en el 2017, las previsiones de crecimiento del sector se mueven al alza y pasan del 3%, previsto por el ITeC en mayo al 4,1% de este momento. Igualmente para el 2019 se espera una mejora de una décima, del 3,6% al 3,7%.

Impulso residencial

En todo caso, el crecimiento previsto para el sector se fundamente principalmente en la edificación residencial. "Se ha adaptado a los nuevos actores del mercado y ha encontrado nichos de demanda que justifican la puesta en marcha de nuevas promociones", afirma el informe. Lo que ha generado suficiente inercia como para que se puedan compensar los efectos de un enfriamiento de la demanda en Cataluña. Pese a todo, el crecimiento continuará, aunque cada vez con tasas más moderadas (del 14% del 2017 se tenderá al 5% en el 2020) algo que es propio de los mercados que salen de una fase crítica y ganan madurez.

Las perspectivas de la edificación no residencial son más cuestionables, por varias razones. El proceso de recuperación tras la crisis se ha iniciado más tarde y con menos intensidad que en el caso de la vivienda. Por otra parte, "si los inversores inmobiliarios perciben motivos para cuestionar la situación de estabilidad de Cataluña en general y de Barcelona en particular, la afectación será mayor", destaca el ITeC. La producción en el 2017 no debería tener problemas para crecer un 4%, un resultado discreto. Para el 2018 "esperamos que predomine una actitud de esperar y ver”, que limitaría el crecimiento al 2,5%.

La ingeniería civil atraviesa unos momentos de mínimo volumen de obra promovida a escala estatal, condicionada por los objetivos de déficit. La tabla de salvación del mercado es la obra local que ya empieza a ejecutarse como anticipo de las elecciones municipales del 2019. Pero el impulso de los ayuntamientos aún resulta insuficiente para sacar el ejercicio 2017 de la zona negativa (-6,4%) y habrá que esperar a que la obra local alcance su pleno rendimiento en 2018 para conseguir que el agregado total crezca una vez más (3,6%). "El problema es que se trata de una actividad que solo se activa cada dos años en función de los periodos electorales", ha destacado Fontana.