La economía española tomó impulso en el cuarto trimestre del 2002 y creció el 2,1% (frente al 1,8% del trimestre anterior). En el conjunto del año, el PIB avanzó una media del 2%, según adelantó ayer el Banco de España en su Boletín Económico de enero. El crecimiento "modesto, pero sostenido" de la economía descansó "en la pujanza de la actividad constructora --pública y privada-- y, en menor medida, en el consumo".

Desde el punto de vista del Banco de España, "el resultado menos favorable ha tenido lugar en el frente de los precios". La inflación alcanzó el 4% y situó el diferencial con la zona euro en 1,7 puntos. El informe dice que "el reto" es reducir este diferencial, que amenaza con erosionar la competitividad, y limitar el crecimiento y el empleo.

MEJOR QUE EUROPA

El organismo que dirige Jaime Caruana cree que España ha sorteado la crisis internacional del 2002 mejor que otros países. Aunque el crecimiento del 2% es inferior al 2,7% anotado en el 2001, también es "muy superior al que se espera alcance el agregado de la zona euro (por debajo del 1%), por lo que --según el Banco de España-- se ha seguido avanzando en el proceso de convergencia real con los países del área".

El ministro de Economía, Rodrigo Rato, destacó que "la economía española está en un proceso de recuperación y con expectativas para beneficiarse de la recuperación mundial".

Con todo, de cara al 2003, el Banco de España se mantiene cauto. Destaca que las expectativas de recuperación dependen, en gran medida, de la evolución de EEUU y subraya que "el panorama sigue dominado por los efectos depresivos que se derivan de la incertidumbre sobre el desenlace de la situación en Oriente Próximo". Por ello, considera que la eventual recuperación no adquirirá "fuerza significativa".

EL CUARTO TRIMESTRE

El Boletín Económico estima que en el cuarto trimestre el consumo de las familias se estabilizó en torno al 1,4%; la construcción se desaceleró unas décimas y la inversión de las empresas abandonó las tasas negativas del último año y medio. La inflación y la apreciación del euro deprimieron las exportaciones. En el conjunto del año, el consumo privado avanzó el 1,7% (la mitad que el año anterior).