Apesar de la reiterada queja de las patronales del elevado coste del despido en España, el contrato con indemnización barata pactado en la reforma laboral de 1997 es menos utilizado por los empresarios que el tradicional, mucho más caro. Según el libro blanco sobre flexibilidad laboral elaborado por el IESE, Creade y el bufete Sagardoy, el 90% de los empresarios no aplican siempre que pueden este contrato y el 53% tampoco utilizan los de formación.

El colectivo de trabajadores de 16 a 30 años, mayoritariamente mujeres, acapara más del 40% de estos contratos con indemnización reducida a un máximo de 33 días de sueldo por año trabajado, que dan derecho a bonificaciones en las cotizaciones a la Seguridad Social.

La ley permite a los empresarios formalizar este contrato de fomento de la contratación indefinida con otros colectivos de trabajadores, aunque su aplicación es muy inferior a la de los jóvenes. El segundo grupo con más contratos de despido barato es el de parados mayores de 45 años, que sumaron el 25% del total en el 2002. A continuación figuran, a mucha distancia, los parados de larga duración con un mínimo de seis meses en el Inem, los minusválidos y las mujeres.

PREFERENCIAS La contratación está prácticamente circunscrita al contrato indefinido ordinario y las modalidades temporales. Según el Libro Blanco, el eventual y el de obra y servicio acaparan el 53% de las preferencias de los empresarios. El de a tiempo parcial (8%), de formación (11%), fijo discontinuo (2%), fomento a la contratación indefinida (17%), no son utilizados apenas.

Las empresas españolas demandan al Gobierno una reforma laboral que permita mayores mecanismos de flexibilidad laboral. Pero las encuestas revelan, que las medidas de flexibilidad no se están pactando en el ámbito de la negociación colectiva, a pesar de que la patronal CEOE y los sindicatos pusieron encima de la mesa una batería de iniciativas reflejadas en el Acuerdo Interconfederal de Negociación Colectiva (ANC) del 2003.

Un sondeo de la UGT sobre 335 convenios colectivos firmados este año revela que si bien el 96,15% de las empresas pactaron incrementos laborales y el 81,97% incluyeron cláusulas de revisión salarial, apenas el 12,53% acordaron sistemas de retribución variable, el 0,62% fijaron soluciones alternativas a los ajustes de plantilla, el 53,83% tienen jornadas flexibles, el 48,98% sistemas de distribución irregular de los horarios y el 7,22% han regulado sistemas de trabajo a domicilio.

Tampoco las reivindicaciones sindicales han salido muy bien paradas. Las centrales no han logrado crear planes de pensiones salvo en el 1,98% de los casos, ni fijar criterios para la temporalidad (14,57%), ni regular contratos como el de obra y servicio (22,25%), eventual (17,22%), fijo discontinuo (17,79%), relevo (5%) o subcontratación (50%). Algo tan obvio como la igualdad de trato entre hombres y mujeres está reflejado sólo en el 24,87% de los convenios y actuaciones para favorecer la no discriminación, en el 6,17%.

ACUERDO EN PELIGRO Por otra parte, el Acuerdo Interconfederal de Negociación Colectiva (ANC) que ha de negociarse desde ahora hasta mediados de diciembre entre CEOE, CEPYME, UGT y CCOO tiene pocos visos de renovación por tercer año consecutivo. Los sindicatos se conformarían con una prórroga del actual pacto en el 2004.