El Gobierno acogió ayer con los brazos abiertos la iniciativa del líder de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, para estimular la reducción de jornada con apoyo de dinero público, del seguro de desempleo, como alternativa al despido de trabajadores. Sin embargo, el líder de UGT, Cándido Méndez, recibió con frialdad la misma propuesta. Y, dado su reconocido ascendente sobre el presidente del Gobierno, caben dudas sobre cuál pueda ser el resultado final de una iniciativa acogida, en principio, con entusiasmo por la vicepresidenta Elena Salgado y el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, y con interés por la patronal CEOE.

El martes, en Bruselas, Salgado elogió las ventajas del conocido como "modelo alemán de desempleo" e, incluso, se dio un plazo de semanas para empezar a debatir el tema con los agentes sociales. Ayer mismo, el ministro Corbacho señaló que esta será la primera medida que estudiará el Gobierno cuando se reanude el diálogo social y auguró la posibilidad de un "consenso amplio".

LOS BUEYES Y EL CARRO El entusiasmo, sin embargo, no fue compartido por el líder de UGT. En Navarra, después de valorar como un paso "pequeño", pero "fundamental", el compromiso adoptado ayer por la CEOE sobre la negociación colectiva pendiente del 2009, Cándido Méndez censuró las palabras de Salgado. Según Méndez, hablar de cuestiones propias del diálogo tripartito (Gobierno, patronal y sindicatos) antes de culminar la negociación colectiva del 2009 y años siguientes es como "poner los bueyes delante del carro" y no favorece "la recuperación de la confianza".

Para el líder de la UGT, "no deberíamos dejarnos arrastrar por la experiencia de otros países". Se refirió a la diferente realidad empresarial entre Alemania y España, donde abundan las "microempresas" y no las grandes compañías germanas. Méndez subrayó que ya existe en España, y no tiene éxito, la figura del expediente de regulación de empleo de reducción de jornada, con apoyo de dinero público y bonificación de hasta el 50% en las cuotas a la Seguridad Social.

De los casi 450.000 trabajadores afectados por ERE en España este año, solo 17.433 son de reducción de jornada (hay algo más de 50.000 despidos y casi 370.000 trabajadores con suspensión temporal de contrato).

La propuesta de CCOO consiste en hacer los ajustes necesarios en la regulación de los ERE para que puedan ser aplicados en empresas de pequeño tamaño y dar así más juego a la opción de reducir jornadas. "Si en una empresa la jornada de trabajo es de ocho horas al día, se podría decidir que trabajasen cinco o seis, a cambio de mantener al conjunto de trabajadores vinculados a la compañía y, eventualmente, compensar la diferencia salarial desde el sistema público de protección al desempleo. El dinero que ahora estamos invirtiendo en cobertura al desempleo o en subsidios podría derivarse a financiar esta medida", explicaba este domingo Toxo.

Se calcula que este modelo ha ahorrado 450.000 despidos en Alemania y el líder de CCOO dijo ayer en Sevilla que en España se podría salvar una cifra igual o superior. Según Toxo, esta figura no se usa en España "porque es más fácil no renovar contratos temporales". El Gobierno, en su opinión, "debería tomar la iniciativa". Toxo aseguró haber hablado con Salgado y que ella le había dado su aprobación. Corbacho afirmó que a primera hora de ayer se reunió con Salgado para abordar este tema y llevarlo a la mesa de diálogo social en cuanto sindicatos y patronal pacten la negociación colectiva.

Pero el jarro de agua fría vertido por Méndez puede hacer mella en el Ejecutivo. Ayer, Salgado matizó su entusiasmo. "Un sindicato ha puesto sobre la mesa este tema y estamos dispuestos a hablarlo si están de acuerdo en hacerlo", declaró. Ya no habló de abrir el debate en semanas, "primero tienen que terminar las conversaciones sobre los convenios que faltan por firmar".