El Gobierno está decepcionado con los bancos y las cajas de ahorro, a juzgar por las declaraciones de ayer del ministro de Trabajo. Celestino Corbacho pidió a la banca que entone el mea culpa por provocar la burbuja inmobiliaria y la crisis posterior a su estallido. "Ya que desde el sector financiero se dan tantos consejos al sector laboral, voy a recordarle una cosa: que es el culpable de la situación del ladrillo. La inflación del sector inmobiliario, quien la amparó, quien la promovió fue el sector financiero", sentenció Corbacho en una entrevista con Europa Press. El ministro de Trabajo argumentó que en España no se hubiese construido tanto si las hipotecas no se hubiesen concedido "al 120% del valor" de tasación del inmueble y si no se hubieran dado créditos "con tanta facilidad" para la adquisición de solares.

En su opinión, la coyuntura sería ahora muy distinta si en vez de facilitar tanto la financiación en sectores "de corto plazo y altos beneficios" se hubiese apostado por sectores estratégicos de "más largo recorrido".

INCERTIDUMBRE "No estaríamos aquí si no hubiera habido un modelo de avaricia financiera como el que hemos tenido", insistió el ministro, y advirtió de que la incertidumbre y la inseguridad que este escenario causa en los ciudadanos retrae el consumo y ocasiona desempleo.

Corbacho calcula que España tiene un mercado potencial de demanda de unas 400.000 viviendas, la misma cifra que usó José Luis Rodríguez Zapatero en el último debate sobre el estado de la nación, y le parece razonable que se habiliten facilidades para dar créditos y sobre todo hipotecas, "aunque sea al 80% del valor de tasación", para que los españoles compren pisos de protección oficial.

El ministro y dirigente socialista aprovechó para arremeter también contra la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) por no ser capaz de trasladar un mensaje de tranquilidad a la ciudadanía para reactivar el consumo. "Eso es lo que la CEOE no ha sabido ver", lamentó Corbacho, que no disimuló su decepción por la actitud de la patronal en los encuentros con el Gobierno y los sindicatos para alcanzar un pacto contra la recesión.