El euro batió ayer un récord histórico en su cotización frente al dólar. La moneda única alcanzó los 1,2953 dólares, rebasando así el récord de 1,2929 dólares de febrero del 2004.

El presidente de Francia, Jacques Chirac, expresó su preocupación por la vitalidad del euro. El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, fue más claro y dijo que el Banco Central Europeo (BCE) debería cambiar su política ante el alza del euro para que Europa pueda crecer.

Un euro fuerte encarece las exportaciones, principal motor de crecimiento de las locomotoras alemana, francesa e italiana. Quien compra con dólares encuentra "un tercio más caros" los productos de la zona euro y "hasta a los mismos ciudadanos, consumidores y empresas de la eurozona les conviene comprar" los de EEUU "porque son más baratos", dijo Berlusconi.

El presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, señaló que hay que ser prudentes y observar cómo evoluciona el euro y cómo se comporta el petróleo. Zapatero descartó acciones para impedir el auge de la moneda única, según la agencia Dow Jones. El alemán Gerhard Schröder quitó hierro a la ganancia del euro, al asegurar que no es dramática. Según Schröder, las exportaciones alemanas están "en una forma excelente. La situación no nos inquieta", dijo.

En febrero del 2004, cuando el euro rebasó los 1,29 dólares, una intervención verbal del presidente del BCE frenó su escalada. El BCE sólo ha tenido que intervenir de forma efectiva en el mercado de divisas en octubre del 2000. El objetivo de entonces era el contrario: fortalecer el euro, que había caído hasta 0,8228 dólares, desde su estreno, en enero de 1999, a 1,1782 dólares.

Muchos analistas creen que es hora de que el BCE intervenga, aunque sea verbalmente, explica Sarai Criado, de Analistas Financieros Internacionales (AFI). El Banco de Japón ya lo ha hecho para frenar el yen. El jueves, el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, no mostró una gran preocupación por la divisa y dijo que lo importante es que las oscilaciones no sean bruscas.