Las dos escuelas se han volcado en sus propias estrategias en los últimos meses. En el caso de Esade, el fichaje de Henry Chesborough refuerza el proyecto de Creàpolis, el centro internacional de innovación ubicado en el gran campus de Sant Cugat del Vallès que, en conjunto, supone una inversión de 70 millones de euros. Chesborough es director ejecutivo del Center for Open Innovation, en California, y la gran apuesta de Esade en Sant Cugat, para que el mundo de los negocios y la economía real interactúen, se basa en sus tesis. Esta fábrica de ideas alquila ya espacios a 50 empresas multisectoriales, desde Dassualt Systèmes hasta FlowLab o VertiSubGroup. La Fundación de Esade controla la mitad del capital de este centro, en el que participan el ayuntamiento de Sant Cugat, La Caixa y las cajas Catalunya, Sabadell y Manresa, así como la Asociación Empresarial de Sant Cugat. Cuenta además con el apoyo de la Generalitat y del Ministerio de Innovación.

Además de Chesborough, Esade fichó recientemente al ex-Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad de la UE, Javier Solana, para presidir el Centro para la Economía Global y la Geopolítica.

Una de las mayores apuestas de IESE es un campus en el corazón financiero del mundo, en Manhattan. Es la única escuela de negocios europea que lo ha logrado, y a pesar de la crisis. En pocas semanas se abrirán las instalaciones, que suponen una inversión de unos 14 millones de euros. La inauguración se produce dos años después de que abriera su nuevo campus en la zona alta de Barcelona, financiado por empresas, así como la ampliación de las instalaciones de Madrid. El centro de Nueva York refleja la vocación global de IESE, frente a una concepción más localista de las escuelas de negocios de EEUU.