El retroceso de la economía de la eurozona en el segundo trimestre del año, del 0,2%, es el primero que se registra desde la puesta en marcha de la Unión Económica y Monetaria, en 1999. Según Eurostat, el producto interior bruto (PIB) de los países que comparten el euro no ha caído nunca desde 1995, el primer año para el que hay registros. Hasta ahora, la peor evolución de la actividad de la zona euro fue la del segundo trimestre del 2003, cuando no varió.

Pese a que el PIB de los Quince bajó el 0,2% en el segundo trimestre, en tasa interanual aumentó el 1,5%. Una evolución similar registró la Europa de los Veintisiete: descendió el 0,1% entre abril y junio, pero creció el 1,7% en tasa interanual. Las economías que mayor aportación negativa han realizado al ajuste han sido la alemana (-0,5%), la francesa (-0,3%) y la italiana (-0,3%).

Según Eurostat, el anterior registro más bajo se produjo en el segundo trimestre del 2003, con un avance de solo el 0,1%, un suelo que ya había sido tocado en el segundo trimestre del 2001.

El Banco Central Europeo (BCE) advirtió ayer en su boletín mensual de agosto del notable debilitamiento del crecimiento a mediados de año en los países de la moneda única. La autoridad monetaria considera que la desaceleración refleja una ralentización de la expansión eco- nómica global y los efectos de los elevados precios del petróleo y los alimentos.

Este deterioro de la economía, que va acompañado de un fuerte repunte de la inflación, alimenta el temor a una recesión, lo que sucedería en caso de que el PIB caiga dos trimestres seguidos. Pero la portavoz comunitaria de Asuntos Económicos y Monetarios, Amelia Torres, consideró "exagerado" hablar en estos momentos de riesgo de recesión. Torres subrayó que los datos de Eurostat son una estimación, por lo que pidió "no caer en un sentimiento pesimista" y esperar a conocer los datos revisados que se darán a conocer el próximo 3 de septiembre.