La economía de la Eurozona registró durante el primer trimestre del año un fuerte frenazo con un crecimiento del producto interior bruto del 0,4%, tres décimas menos que el registrado durante los últimos tres meses del año pasado, según los datos difundidos ayer por la oficina europea de estadística (Eurostat). La desaceleración también ha hecho media en el conjunto de la UE que registró el mismo crecimiento del 0,4% frente al 0,6% del trimestre anterior.

La noticia no ha sorprendido. El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, ya apuntó el jueves pasado tras la reunión mensual del consejo de gobierno que todos los indicadores apuntan a «una cierta moderación» aunque el crecimiento en la Eurozona seguirá siendo «sólido» y «amplio». Esta «pérdida de ímpetu», dijo, se ha visto en todos los países del área del euro y en todos los sectores de la economía: los servicios, la manufactura, la construcción, la producción de bienes de capital o los indicadores de confianza.

El comisario de asuntos económicos, Pierre Moscovici, deberá confirmar si sus expectativas son las mismas durante la presentación de las previsiones económicas, previstas para este jueves.

El avance, que no incluye todavía datos por país, también señala que el crecimiento interanual en la Eurozona se situó entre enero y marzo en el 2,5% y en el 2,4% en el conjunto de la Unión Europea, frente al 2,8 y 2,7% respectivamente registrados en el trimestre anterior.

«Factores temporales» / Detrás de la ralentización estarían, según el presidente del BCE, «factores temporales» como el clima, las huelgas o el adelanto de las vacaciones de Pascua, aunque también se esperaba una cierta normalización tras la fuerte expansión de 2017.

Por otra parte, la retórica proteccionista de Estados Unidos, que el pasado martes anunció que prolongaba solo por un mes la exención a los aranceles al acero y al aluminio para la Unión Europea, juega en contra de la mejora de la confianza en la eurozona. Con todo, el crecimiento en el área del euro sigue siendo robusto, con una base amplia y en cotas por encima de la media.

Tasa de paro / Eurostat también ha informado de que la tasa de paro se mantuvo estable en marzo en la eurozona en el 8,5%, sin cambios con respecto al mes anterior, mientras que en el conjunto de la Unión Europea (UE) la cifra tampoco varió y se situó en el 7,1%. En España, fue del 16,1%, una décima por debajo del dato de febrero.

En los países de la moneda única se trata de la tasa más baja desde diciembre de 2011, mientras que para los Veintiocho es el menor porcentaje desde septiembre de 2008. En España, la tasa de desempleo fue la segunda más alta de la UE, por detrás de Grecia, donde alcanzó el 20,6% según los últimos datos disponibles, del pasado enero.

En marzo, en la UE había 17,4 millones de desempleados y de ellos 13,8 millones correspondían a los diecinueve países de la moneda única. En términos interanuales, el desempleo cayó nueve décimas en la zona euro y ocho en la Unión. En el caso de España, la tasa de paro bajó del 18% al 16,1% en un año.

Con respecto a febrero, el número de desempleados disminuyó en 94.000 personas en los Veintiocho y en 83.000 en la zona del euro. Por otra parte, frente a marzo del 2017 en la UE había 1,9 millones de parados menos, de los que 1,4 millones estaban en la eurozona.

La menor tasa de desempleo en marzo la registraron la República Checa (2,2%), Malta (3,3%) y Alemania (3,4%), mientras que las más altas se dieron en Grecia (20,6%) y España (16,1%). En términos interanuales bajó en todos los países menos Lituania, donde se mantuvo estable y Estonia, donde subió del 5,3% al 6,5%.