Los créditos personales en España se han situado en tipos de interés próximos a la usura. Mientras el precio oficial del dinero se sitúa en torno al 0,5%, los créditos personales preautorizados de las grandes entidades de crédito aplican tipos de interés TAE de una media del 16% y en algunos casos llegan al 27%.

La excusa del incremento de la tasa media de morosidad ha servido de patente de corso no solo a los intermediarios financieros, también para los bancos y cajas punteros que han pasado a aplicar tipos de interés altos, especialmente en aquellas operaciones preautorizadas y que los ordenadores consideran exentas de riesgos importantes de impago.

Préstamos sin trámites

Los préstamos preconcedidos son operaciones preautorizadas con condiciones personalizadas según el perfil del cliente. El DNI y poco más se necesita para disponer del dinero. No se pregunta para que se necesita el dinero y no existen apenas trámites. En pocos minutos el banco transfiere los fondos a la cuenta de referencia. Como consecuencia de esa velocidad de concesión, las condiciones suelen estar por encima de los préstamos personales típicos.

Las entidades financieras han optado por aumentar la oferta de préstamos preconcedidos, ya que ayudan a mejorar los márgenes de interés (diferencia entre lo que la entidad paga por el pasivo y lo que cobra por el crédito). El mercado de microcréditos y de concentración de préstamos ha influido en el sector financiero en su conjunto con el ejemplo de sus altos márgenes habituales. Es un modelo de negocio envidiable y la banca tradicional ha decidido aplicar también la misma receta para mejorar la cuenta de resultados.

Todo depende del 'scoring'

Los departamentos de márketing de los bancos y los ingenieros financieros se han puesto manos a la obra. Diseñan modelos de asunción de riesgos basándose en los datos históricos y el comportamiento de su clientela. De los clientes disponen la estadística de ingresos y la evolución de los gastos pormenorizada. El autómata asigna una puntuación a cada cliente (el conocido en el sector como 'scoring') y estos datos sirven de filtro para fijar los límites de riesgo asumibles y las condiciones concretas. Ofertan entonces el préstamo preconcedido al cliente sin esperar que este lo reclame. Es difícil hacer una comparación de préstamos preautorizados ya que las condiciones varían de cliente a cliente, pero cada lector puede calcular qué ofertas recibe y comprobar que se sitúan normalmente entre un 9%, con un saldo de cuenta medio muy superior a lo que se pide y un historial impoluto, y hasta porcentajes del entorno del 28% con niveles de riesgo mayores. Son márgenes que ningún sector minorista ha soñado jamás.

El márketing hace el resto. Los préstamos preconcedidos se presentan como productos amables, donde puedes disponer dinero inmediato sin trámites ni costes de intervención notarial. Y esta ventaja hace que el potencial cliente se olvide incluso de analizar el TAE aplicado.

Idea de exclusividad

Se halaga al cliente para endosarle un producto generalmente poco aconsejable. Clientes oro, préstamo estrella o trato VIP son términos habituales para reforzar la idea de exclusividad y captar al cliente, que puede llegar incluso a caer en la tentación de pedir un crédito para no ver bajar el nivel habitual de su cuenta corriente. Una opción ilógica desde el punto de vista financiero.

Se minimiza el tipo de interés al presentarlo en tasa mensual o indicando el principal y las cuotas a pagar sin detallar la TAE de la operación en la oferta. Para poder comparar entre entidades ese dato es crucial.

Si la entidad obliga a la contratación de un seguro, o lo adjunta sin previo aviso, y además suma alguna comisión de apertura, cancelación o tramitación, el coste de la operación entra en el terreno del absurdo para el cliente y el negociazo para el banco o caja.

Algunos consideran que el éxito de estos productos financieros radica en pura estadística (casi como los timos de 'phishing'), ya que la rentabilidad de las operaciones compensa el esfuerzo en la captación de clientes del servicio, habitualmente 'on line', pese a ser operaciones relativamente minoritarias. Para otros, el hecho de no dar explicaciones sobre el objeto del préstamo es un aliciente suficiente del producto, razón por la que mucha gente se endeuda sin dudar. El aplazamiento de pagos con la tarjeta de crédito es otra alternativa de aquellos que tienen más dificultades para llegar a final de mes.

Préstamos para los que tienen dinero

¿Pero para que quiere un préstamo alguien que tiene dinero (razón por la que le ofrecen el préstamo)? Es una incógnita interesante. Quizá de la misma manera hay que plantearse qué interés tiene actualmente amortizar una hipoteca contratada durante la burbuja inmobiliaria tras la venta del inmueble, mientras sigan los actuales precios de los préstamos.

El dinero fácil y rápido, sin trámites y sin firma en el notario es un gran reclamo para los clientes. Un gasto imprevisto, la boda, la avería del coche... De la necesidad otros hacen negocio.