El número de niños obligados a trabajar en el mundo llevaba un tiempo disminuyendo, pero la crisis global ha puesto en serio peligro esta tendencia. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) advirtió ayer de que la recesión internacional puede incrementar de forma sustancial la explotación infantil en los próximos años, particularmente entre las niñas.

La agencia de la ONU estima que hay más de 1.500 millones de niños en el mundo, de los que unos 218 millones trabajan. De estos, 100 millones son niñas, aproximadamente el 46% del total, y 126 millones están sometidos a las peores formas de trabajo infantil. "Entre los 5 y los 11 años hay más niñas que trabajan que niños. Las niñas trabajan más en trabajos peligrosos, así como en la prostitución, y además trabajan más horas que los niños", señaló Frank Hagemann, jefe de investigación de la organización, al presentar el estudio en Ginebra.

El riesgo de que se obligue a trabajar a niñas es mayor porque los padres de familia en paro suelen preferir que sean los hijos los que sigan estudiando. Del 16% de la población mundial analfabeta, casi dos terceras partes son de sexo femenino.

Otro de los riesgos que señala la OIT es que los países recorten los presupuestos destinados a educación, disminuyendo el número de plazas. Se calcula que unos 53 millones de niñas realizan "trabajo peligrosos". De estas, 20 millones son niñas menores de 12 años.

La cifra de chicas explotadas podría ser todavía mayor pues, como señala la organización, mucho de su trabajo permanece oculto. Es, por ejemplo, el caso de las que más trabajan en hogares de terceros.

El director de la oficina de la OIT en España, Juan Felipe Hunt, explicó en Madrid que el peligro no es solo el que desvela el incremento de las cifras del paro, sino también la caída de la actividad, porque esta afectará a la economía sumergida.