La crisis económica está provocando tal agujero en las cuentas públicas que el Gobierno no ha tenido más remedio que subir algunos impuestos, y hacerlo ya. A partir de hoy mismo, entra en vigor una subida de 2,9 céntimos por litro en las gasolinas y el gasóleo de automoción. También entra en vigor una subida de impuestos en el tabaco que los consumidores empezarán a notar hoy, o cuando las marcas tabaqueras decidan trasladarlo a sus cajetillas. Los sobres de picadura de tabaco de liar --en auge entre los más jóvenes por su menor precio-- no se libran de la fuerte subida del impuesto que ha diseñado la vicepresidenta económica, Elena Salgado.

Con estas medidas, el Gobierno podrá recaudar unos 2.300 millones más al año (1.097 millones por la subida de los carburantes y 1.220 millones por la del tabaco) de los que una gran parte irán a parar a las comunidades autónomas, que participan en la recaudación de los impuestos especiales. Esta mayor recaudación es una pequeña gota comparada con el enorme agujero que la crisis está provocando en las cuentas publicas, que superará los 100.400 millones este año. Pero es un paso que, entre otras cuestiones, debe ayudar a compensar el incremento del gasto en prestaciones por desempleo, que ayer recibió otra inyección de casi 17.000 millones de euros por parte del presupuesto del Estado.

MAS DE UN EURO Según los cálculos de la vicepresidenta Salgado, con la subida fiscal aprobada, el litro de gasolina se situará en 1,03 euros y el del gasóleo, en 0,906 euros. Unos precios que, según dijo, siguen siendo muy inferiores a los de países del entorno, como Portugal y Francia. A la misma conclusión llegó tras calcular que una cajetilla de tabaco "de la marca más vendida en España" (no dijo Marlboro) pasará de costar 3,10 a venderse por 3,29 euros.

El agujero en las cuentas públicas ha sido generado tanto por la caída de los ingresos causada por la recesión como por el aumento del gasto en prestaciones por desempleo o por las medidas anticrisis que el Gobierno sigue poniendo en marcha. Ayer mismo, el Consejo de Ministros aprobó un real decreto ley por el que se aumenta el gasto presupuestario en casi 20.000 millones de euros. La mayor parte de este dinero (16.898,05 millones) debe servir para atender el pago de las prestaciones por desempleo de los parados. Hay otros 1.800 millones presupuestados para compensar a las comunidades por la supresión del impuesto sobre el patrimonio. Además, hay una partida de 400 millones para financiar las prestaciones de la ley de dependencia.

MEDIDAS ANUNCIADAS Los 20.000 millones de gasto adicional aprobados ayer también dan cobijo a algunas de las medidas anunciadas por el presidente en el último debate del estado de la nación. Así, hay 200 millones de euros para que Fomento acelere actuaciones de obra pública en carreteras y estaciones de ferrocarril. Otros 100 millones deben servir para llevar los ordenadores a los alumnos de primaria. Se ha aprobado una partida de 155.32 millones para la concesión de ayudas a los licenciados en desempleo que deseen hacer estudios de posgrado. Además, el plan Vive Autobuses, para la renovación de la flota, dispone desde ayer de una asignación de 70,17 millones de euros.

Todo esto es para el 2009, porque para el 2010, lo que aprobó ayer el Gobierno es un recorte del gasto presupuestario del 4,5% que fue calificado por la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, como "la mayor contención de gasto" de la democracia.