Más impuestos, pero sin la consiguiente contraprestación de más servicios públicos. Ese es el futuro inmediato en los países desarrollados, que se han visto forzados a frenar las deuda y los déficits generados por la crisis. Una de las muestras es que este año se ha roto en Europa la tendencia a la baja en los impuestos de la renta (IRPF) registrada durante los últimos siete años, según el Informe 2010 sobre el impuesto de la renta y las cotizaciones a la Seguridad Social de la consultora KPMG. Eso se ha traducido en un alza media de 0,4 puntos en el tipo marginal.

En España, donde el gravamen se mantiene, el alza se producirá a partir de enero para las rentas de más 120.000 euros y de más de 175.000, que pasarán al 44% y al 45%, respectivamente, por encima del 43% máximo actual, que se paga a partir de 53.407,20 euros. La capacidad normativa de las autonomías hará que en algunas se llegue al 49% por encima de los 175.000 euros, con lo que se situará entre los más altos del mundo, según se desprende del estudio.

En el 2010, el Reino Unido ha protagonizado el mayor incremento al establecer un nuevo gravamen máximo del 50%, 10 puntos más que el que tenía hasta entonces. La medida la tomó el Gobierno laborista de Gordon Brown, pero la actual coalición liberaldemócrata ha decidido mantenerla, algo que los expertos ven como un indicador de las políticas fiscales.

DINAMARCA Y CROACIA La tendencia iniciada por Irlanda, que pasó del 41% al 46%, ha tenido más seguidores, como Islandia, Grecia, Portugal o Francia. En el lado contrario destaca la reducción de siete puntos acordada en Dinamarca, que aún así sigue con uno de los tipos más altos; o Croacia, que lo bajó 5 puntos.

"La tendencia alcista general indica que los gobiernos están optando por un aumento de los tipos como medida para abordar los déficits públicos", destaca el estudio. Pero es un camino que ha marcado solo Europa, donde se pagan los niveles del IRPF más altos del mundo.

En todo caso, los expertos no descartan subidas más generalizadas del IRPF en el futuro porque los incrementos solo para niveles altos de renta, los más comunes, tienen poco impacto en la recaudación.

Además son colectivos con una mayor "movilidad" a la hora de buscar una mejor tributación. Para que su efecto sea importante "debe afectar a una masa crítica significativa", según María Antonia del Río, senior manager de KPMG. En todo caso, otra tendencia segura "es que subirán los impuestos sobre el consumo", añade Rafael Núñez, socio de la firma.

El profesor de Economía de IESE, Alfred Pastor, recuerda que entre dos tercios y la mitad del déficit en los países avanzados tiene que ver con el desplome en los ingresos. David Taguas, exdirector de la oficina presupuestaria del Gobierno y actual presidente de la patronal constructora Seopan, recordaba la semana pasada que, en España, la caída de los ingresos entre el 2007 y el 2009 ocasionó casi la mitad (49%) de la transformación del superávit público en números rojos. En opinión de Pastor, los gobiernos no tendrán más remedio que seguir aumentando ingresos, pero evitando que frenar la recuperación económica.