Progresistas o liberales, agnósticos o creyentes, hay economistas que ya rezan a la vista de cómo le fue a la economía española en el 2003. Hubo menos industria y más construcción, fórmula tan desequilibrada como simple resulta su enunciado.

Basta con pasar cuentas: mientras que toda la riqueza española aumentó el 2,4%, el precio de la vivienda lo hizo ocho veces más. Por eso, y con independencia de teorías y posiciones, "el tocho nuestro de cada año" anda ya en boca de todos.

*Periodista.