Luis de Guindos sostuvo también ayer que su objetivo como ministro era «buscar soluciones, no culpables» a la debacle de Bankia, por más que durante algunos «segundos» se le pasase por la cabeza preguntarse «qué ha pasado aquí». Pero como viene haciendo cuando ha tenido que explicar su actuación en este tema, apuntó como responsables al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y al Banco de España de Miguel Ángel Fernández Ordóñez.

Así, el exministro sostuvo que tanto la constitución de la entidad como su salida a bolsa fueron «errores» y que está última operación fue fruto de una «decisión política», ya que la empujó una ley que aprobó el Ejecutivo socialista. «Cuanto más tardes en actuar, más caro te acaba costando, y dar una patada hacia delante no suele ser la solución», añadió.

El exgobernador del Banco de España aseguró el lunes que Guindos decidió de forma «muy desagradable» quitarle al supervisor las riendas de la gestión de la crisis de Bankia en abril del 2012. Guindos no lo negó directamente, pero cargó contra el organismo: él no supo que las cuentas del 2011 no tenían informe del auditor hasta que se informó al mercado ni conoció los planes de Rato para el banco hasta después de su dimisión.

«El Banco de España es el supervisor y es la autoridad contable, es el que tiene toda la información y la inspección y a la que los bancos llevan sus planes y balances, es el que debe valorarlos», atacó tras sostener que «nadie se creía las cifras de la banca española, nadie creía que reflejaran la realidad».