El de ayer, dijo el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, "nunca pretendió ser un discurso para cinco o seis consejeros delegados" de la gran banca. Aunque muchos estaban invitados, algunos se saltaron la intervención. Quien sí que decidió sentarse frente a Obama fue Lloyd Blankfein, consejero delegado de Goldman Sachs, el único gigante de la banca de inversión demandado por fraude. Blankfein acudió acompañado por el director general, Gary Cohn.