La bolsa española bajó ayer el 1,93% y retrocedió hasta el nivel de los 10.800 puntos, perjudicada por la caída que sufrieron los mercados internacionales, así como los valores con una mayor capitalización. En este contexto de nerviosismo inversor, el principal índice de la bolsa española, el Ibex 35, cayó 212,90 puntos, hasta las 10.829,30 unidades. Con este nuevo retroceso, el selectivo español se sitúa en niveles de mediados de agosto del año pasado. Las pérdidas anuales acumuladas llegan ya al 9,3%. Los paneles en rojo se están conviertiendo casi en una constante en los últimos días.

El predominio de las ventas afectó durante la sesión de ayer a todos los grandes valores del parquet español. Telefónica cedió el 2,84%; el BBVA, el 2,57%; Iberdrola, el 1,87%; el Banco Santander, el 1,86%, y Repsol, el 1,55%. La mayor caída del Ibex correspondió a Indra, que se dejó en el camino el 5,16%, perjudicada por un informe negativo sobre sus perspectivas; mientras que Sacyr Vallehermoso cedió el 4,37%; Grífols, el 4,22%; y Gamesa acabó el día con un retroceso del 4,04%. Solo tres empresas del Ibex concluyeron la jornada con ganancias. Las beneficiarias del predominio de las compras fueron Inditex, cuyas acciones ganaron el 2,91% gracias a los buenos resultados anunciados por su competidora Hennes y Mauritz; Ebro Puleva, que avanzó el 0,99% por su disposición a vender su negocio lácteo, y BME, que experimentó una revalorización de sus títulos del 0,48%.

En el mercado continuo, Reyal Urbis encabezó el apartado de las pérdidas, con un descenso del 8,16%. En lo que respecta al capítulo de las ganancias, Befesa comandó los avances, con un alza del 8,8%. La rentabilidad de la deuda española subió nueve centésimas y se situaba en el 4,19%, mientras que el efectivo negociado en el mercado continuo se elevaba a 5.252 millones, de los que algo menos de 2.000 procedían de operaciones efectuadas por inversores institucionales.