Los robos restan 49.000 millones de euros de facturación al sector comercial en Europa. Y España ocupa la primera posición entre 11 países europeos analizados, según las conclusiones de un estudio realizado por las consultoras Checkpoint y Crime&Tech. En España, las denominadas pérdidas desconocidas suponen una media del 2% de las cifras de venta, un mordisco relevante para el comercio que sufre la competencia creciente de los competidores 'on line'. En Bélgica y los Países Bajos, ese porcentaje es del 1,9%, en Francia, del 1,7%, pero en con una pérdida desconocida y conocida de un 2% de media de la cifra de ventas, seguida de Bélgica y los Países Bajos con un 1,9% y Francia con un 1,7%. Pero en Alemania, el Reino Unido y Escandinavia el porcentaje baja al 1% o poco más.

En Europa los atracos con intimidación representan el 60% de la delincuencia. La amenaza de fuerza sin visibilizar arma alguna representa el 52,8%, seguida del empleo de armas blancas (22,2%), de armas de fuego (16,7%) y la violencia física (8,3%). Pero el elenco de estrategias de sustracción de productos en las tiendas tiende a ser más sutil.

El impacto económico en España lo calcula el estudio en 3.645 millones de euros (2.542 millones por pérdida desconocida y merma, y 1.103 millones de coste en inversión en seguridad). El coste per cápita estimado de los atracos en España es de 78 euros. En España la pérdida desconocida y conocida en alimentación alcanza el 2,6% de las ventas totales de los minoristas frente al 1,3% de media en otros sectores.

En su conjunto, los costes de la delincuencia representarían la facturación total de la cuarta cadena de distribución europea. El estudio realizado por Crime&tech con el apoyo de Checkpoint Systems se focalizó en 11 países de Europa: Alemania, Bélgica, España, Finlandia, Francia, Italia, Países Bajos, Polonia, Suecia, Reino Unido y Rusia. El informe incluye una encuesta a minoristas equivalente a 22.557 tiendas, datos sobre la merma de 3.474 comercios (el mayor conjunto de datos de este tipo jamás analizado), el análisis de 1.600 noticias sobre la delincuencia en comercios minoristas, focus groups y entrevistas con más de 50 directores de seguridad.

En España, los artículos más hurtados por precio en alimentación son los vinos y licores, el queso, la carne, los cosméticos y los perfumes. En términos generales, la pérdida conocida y desconocida representa en España el 2,6% de la cifra de ventas en alimentación, frente al 1,3% de media en otras categorías de artículos. En Europa, en términos globales los artículos que registran más pérdidas son en electrónica los auriculares y discos duros, en moda los pantalones, en artículos de deporte las prendas deportivas, en belleza los productos de cosmética, en alimentación los licores, en autoservicio los dispositivos electrónicos, en cash&carry las bebidas alcohólicas, en productos para mascotas los accesorios y juegos, en calzado los náuticos, en gasolineras los accesorios de telefonía móvil y de automoción, y en tiendas de lujo las gafas.

Los periodos con mayores pérdidas son aquellos que coinciden con el lanzamiento de colecciones o nuevos productos, las épocas vacacionales (sobre todo navidad) y los fines de semana. Primavera es la época del año que registra mayor hurto en porcentaje sobre ventas y el invierno en valor absoluto.

Entre los factores externos que más impactan en el fenómeno de la pérdida, los minoristas europeos destacan que ésta es más cuantiosa en áreas urbanas con alta densidad de población y renta más baja. Asimismo, el estudio pone de relieve que la pérdida es mayor en tiendas de tamaño grande y que existe una correlación entre el número de horas de apertura al público y la pérdida registrada. Por otrolado, el fraude es más elevado en los establecimientos próximos a estaciones de tren o de metro, en los situados en calles de gran afluencia de público y en aquellas tiendas que disponen de cajas de auto-pago.

El hurto externo por parte de los consumidores sigue siendo la causa más frecuente de la pérdida desconocida en la distribución comercial. El 28,2% es cometido por individuos que actúan en solitario y el 71,8% por grupos compuestos por 2 y 3 personas. En relación a los atracos, que representan el 60% de la delincuencia según los retailers consultados, en Europa es la amenaza de fuerza sin visibilizar arma alguna la que en la mayoría de los casos se utiliza (52,8%). Le sigue el empleo de armas blancas (22,2%), de armas de fuego (16,7%) y la violencia física (8,3%). El informe señala el aumento de las micro-bandas organizadas itinerantes, que es un fenómeno emergente.

El hurto interno y el producido en la cadena de suministro continúan siendo significativos. El informe destaca que, además de la apropiación indebida de artículos, se detecta fraude por la manipulación de los datos de ventas y KPIs, por el uso desleal de tarjetas de fidelización y de regalo, en los falsos reembolsos y devoluciones, y en sobreprecios de artículos. El informe apunta que muchos retailers se limitan a analizar los perfiles laborales sólo en el proceso inicial de la contratación del personal y menos cuando ya están en plantilla.

Respecto del personal interno relacionado en los hurtos, el informe indica que son los empleados de la sala de ventas y de caja los más involucrados en fraudes, así como los encargados de tienda sobre todo en establecimientos de moda y de belleza y cosmética. Por otro lado, más de dos tercios de los retailers encuestados alegan haber sufrido fraude en su cadena de suministro, ya sea por los servicios logísticos, de limpieza y por parte del personal de seguridad subcontratado. En los 11 países europeos que aborda este estudio, el coste de las medidas de protección tomadas por los retailers asciende al 0,6% de su facturación total. Por ámbitos, es mayor la inversión en seguridad en bricolaje y gasolineras (1%), textil (0,7%) y alimentación (0,6%). Las contramedidas más habituales son los cámaras de vigilancia, los sistemas antihurto (EAS), las alarmas conectadas a central receptora, vigilantes de seguridad y los contadores de personas.

El sistema más utilizado para la gestión del inventario son las etiquetas de código de barras, que representan el 71,7%. La radiofrecuencia de identificación digital (RFID) ya representa el 7,6%, instalada de forma independiente o junto al código de barras.

En el futuro, los autores del informe consideran importante analizar con mayor profundidad cómo son contabilizadas las pérdidas por parte de la distribución comercial, qué impacto tiene la actividad delictiva en estas pérdidas, cómo afecta este fenómeno en la actitud de compra de los consumidores, qué relación existe entre los departamentos de seguridad, auditoría y control en la gestión, cómo se evalúa el inventario y su relación con el fraude, cómo mejorar el procesamiento de datos, qué contramedidas se pueden adoptar para ser más eficientes en la lucha contra el hurto, así como plantear nuevas fórmulas que estimulen el intercambio de información y prácticas entre los retailers.